Naciones unidas. El papa Francisco pidió ayer en su discurso ante Naciones Unidas que se reduzcan “las sanciones internacionales que dificultan que los Estados brinden el apoyo adecuado a sus poblaciones”, aunque no mencionó a ninguno en particular.
Cinco años después de su histórica visita a la sede de Naciones Unidas, el papa Francisco intervino este viernes en vídeo en la Asamblea General de la ONU y celebró el alto el fuego global solicitado por la organización en la actual crisis del coronavirus.

También pidió que la ONU trabaje más en favor de la paz y responda “al rápido aumento de la desigualdad entre los súper ricos y los permanentemente pobres, y lamentó “el clima de desconfianza” y la “erosión del multilateralismo” que impera en las sociedades actuales.

“La comunidad internacional tiene que esforzarse para terminar con las injusticias económicas”, ha señalado el papa en su discurso leído en italiano, al tiempo que ha pedido “un modelo económico que promueva la subsidiariedad, respalde el desarrollo económico a nivel local e invierta en educación e infraestructura que beneficie a las comunidades locales”.

La pandemia es una oportunidad

En este sentido, Francisco consideró que la actual crisis derivada de la pandemia del coronavirus puede ser una oportunidad real para la transformación de las formas de vida actual y los sistemas económicos y sociales, para reducir la brecha entre ricos y pobres, pero al mismo tiempo reconoció que puede derivar en una “retirada defensiva con características individualistas y elitistas”.

El papa indicó que hay dos caminos posibles tras la crisis actual: “uno conduce al fortalecimiento del multilateralismo”, de la solidaridad y de la unidad; y el otro “da preferencia a las actitudes de autosuficiencia, nacionalismo, proteccionismo, individualismo y aislamiento, dejando afuera los más pobres, los más vulnerables”, lo que está fuera de la gracia de Dios.

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