Haití está totalmente devastado por la inestabilidad política, la violencia de las pandillas, el aumento de la inseguridad alimentaria, los brotes de enfermedades y choques climáticos.

Todos estos factores impulsan una rápida escalada en la agudización de la crisis humanitaria que impera en ese país, según un informe del Comité Internacional de Rescate (IRC, por sus siglas en inglés).

Y es que Haití se encuentra en la posición número 9 de los países del mundo, cuya calidad de vida de sus ciudadanos se ve gravemente amenazada en este 2023.

La violencia de las pandillas y la inestabilidad política han escalado rápidamente desde el magnicidio del presidente Jovenel Moise en 2021, tendencias que el gobierno de su sucesor Ariel Henry no ha podido frenar.

Ariel Henry, presidente de Haití.

El IRC señala que las bandas armadas toman regularmente el control de las terminales de combustible y las rutas de distribución, lo que conduce a una frecuente escasez de productos básicos.

Además, los choques climáticos agravan la crisis al interrumpirse los servicios esenciales de cada nación, por lo que los medios de subsistencia terminan colapsados.

Inestabilidad política, violencia e inseguridad alimentaria.

La inseguridad alimentaria va en aumento en medio de una vertiginosa inflación de alimentos. También, el brote de cólera sigue su marcha a medida que se extiende el agua potable y los servicios de salud colapsan, lo que agudiza la crisis y limita el acceso humanitario, lo que a su vez dificulta la capacidad de los trabajadores humanitarios para hacer frente a las urgentes necesidades.

No se vislumbra mejoría

De acuerdo al IRC, las pandillas controlan gran parte de Puerto Príncipe, capital haitiana. Esto significa que los haitianos seguirán enfrentando los secuestros, violaciones y asesinatos indiscriminados, los cuales siguen en aumento.

Ante este panorama, la Policía Nacional de Haití tiene una capacidad limitada para evitar que las pandillas tomen el control de importante instalaciones, tales como terminales de combustibles y rutas al aeropuerto de la capital.

Escasez alimenticia

De acuerdo al IRC, por primera vez en la historia, Haití registró que casi cinco millones de sus ciudadanos se enfrentan a la peor crisis de inseguridad alimentaria, donde tienen que dejar de comer o tomar otras decisiones imposibles para sobrevivir.

Escasez alimentaria.

Esta situación agrava los impactos de la violencia criminal y la pobreza; tomando en cuenta que la inflación de los alimentos se encuentra entre las más altas del mundo en torno a un 30%.

Y es que Haití importa el el 70% de sus cereales, lo que probablemente genere alimentos con precios aún más altos durante este año debido a la vulnerabilidad y la crisis en los mercados mundiales.

El cólera

Según el IRC, es probable que los casos de cólera sigan aumentando. Y es que a octubre de 2022, se reportaron 35 muertes y 1,700 casos sospechosos, siendo la mitad de ellos niños.

En Haití ha resurgido el cólera, lo que representa una grave amenaza a sus ciudadanos.

Los choques climáticos recientes y el daño continuo a la infraestructura por el terremoto de 2021, en combinación con las condiciones existentes, hacen que los brotes de enfermedades sean más probables entre una población con baja capacidad de supervivencia, en particular debido a la escasez de agua potable.

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