Brasilia. La mayoría de los 37 ministros del nuevo Gobierno brasileño, presidido por el progresista Luiz Inácio Lula Silva, asumieron este lunes sus cargos y en todos los casos lo hicieron con la misma consigna: “Reconstrucción”.

En sus primeros discursos y en su primer día efectivo de trabajo, tras la investidura de Lula este domingo, los nuevos integrantes del gabinete subrayaron el “caos” que han encontrado en cada una de sus áreas.

El nuevo ministro de Hacienda, Fernando Haddad, reiteró que las cuentas públicas han sufrido un deterioro mayor en los últimos meses debido a medidas populistas adoptadas por el ahora expresidente Jair Bolsonaro en un intento de apalancar su candidatura a la reelección, frustrada por la victoria de Lula en las urnas.

“Esos objetivos exclusivamente ‘electoreros’ comprometieron la austeridad” y tendrán impacto en las cuentas públicas en 2023, dijo Haddad, quien sin embargo subrayó la determinación del nuevo Gobierno de mantener la más estricta “responsabilidad fiscal”.

Según Haddad, uno de los primeros pasos de la nueva gestión será “reestructurar” la recaudación tributaria, afectada por medidas de última hora de Bolsonaro que eximieron de impuestos a diversos sectores y a los combustibles, a fin de reducir los precios de una manera “ficticia”.

La nueva ministra de Salud, Nísia Trindade, también afirmó que encontró ese despacho en un “estado de destrucción” y una “absoluta falta de coordinación” entre el Gobierno federal y las Administraciones regionales y municipales.

Explicó que será necesario “reconstruir” toda esa estructura y aseguró que el “negacionismo” del Gobierno anterior, sobre todo en relación a la pandemia de covid-19, será seguido ahora por “una gestión pautada por la ciencia y el diálogo con la comunidad científica”.

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