Ginebra. El hambre en Haití, que actualmente sufren cinco millones de personas allí, está anulando los esfuerzos internacionales para estabilizar el país y a la vez refuerza a las bandas criminales que amenazan más y más con apropiarse de las tierras agrícolas, dijo la ONU.

“El hambre generalizada en Haití afecta los esfuerzos para estabilizar el país porque si la gente tiene hambre es muy difícil. El hambre solo refuerza a los grupos armados”, dijo por videoconferencia el representante del Programa Mundial de Alimentos de la ONU, Jean-Martin Bauer, desde Puerto Príncipe.

La relación hambre-violencia se hace obvia porque esta última provoca desplazamientos forzosos de población, pérdida de propiedades y de empleo, todas estas situaciones que hacen a las víctimas más vulnerables al hambre.

Las cinco millones de personas más afectadas por problemas de acceso a alimentos se encuentran en niveles de alerta aguda, de acuerdo con las mediciones que utiliza la ONU.

Recientemente, 20,000 personas llegaron a sufrir condiciones similares a la hambruna, pero una rápida intervención del Programa Mundial de Alimentos (PMA) permitió que salieran de esa situación extrema, comentó Bauer.

No obstante, su situación y la de otros sigue siendo crítica al encontrarse ahora en la fase 4 de la clasificación de inseguridad alimentaria, con 1 que representa una situación normal y 5 equivalente a una hambruna.

En categoría cuatro se encuentran principalmente áreas del sur, el noroeste y el noreste, indicó el responsable en Haití de las operaciones del PMA.

Las bandas son un azote

La inseguridad creada por las bandas criminales en el país, que controlan literalmente extensas zonas, ha hecho que la vía aérea sea la única segura para salir de la capital Puerto Príncipe, por lo que buena parte de la ayuda se transporta al interior de la isla en aviones.

El 68 % de la distribución a los beneficiarios se hace a través de organizaciones locales, bien implantadas en las comunidades y que por ello tienen acceso total al terreno, comentó Bauer a periodistas en Ginebra.

Mientras tanto, los colegios se han convertido en uno de los principales canales de ayuda alimentaria a través de los programas de alimentación escolar de los que se benefician a diario 120.000 niños, además de los agricultores locales, que proveen de alimentos frescos para las preparaciones.

Esta se ha convertido en una forma de esquivar el fuerte aumento del precio de los alimentos en el país, siguiendo la tendencia en los mercados internacionales.

Haití importa la mitad de sus alimentos y en el caso del arroz, uno de los productos básicos, debe comprar en el exterior el 80 % de lo que consume.

Bauer dijo que a pesar de los grandes obstáculos que se enfrentan, su organismo hizo llegar ayuda alimentaria a 1.6 millones de personas en 2022 y sólo en lo que va de este año se han atendido las necesidades más urgentes de 850,000 haitianos.

“A pesar que la situación es peligrosa, somos capaces de prestar ayuda, pero este esfuerzo podría verse interrumpido si no recibimos más recursos pronto”, recalcó el representante.

Situación de derechos humanos empeora

La Oficina de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos informó que las bandas armadas asesinaron al menos a 208 personas en las dos primeras semanas de marzo. La portavoz de la oficina, Marta Hurtado, especificó que otras 164 fueron heridas y 101 secuestradas. “La mayoría de las víctimas fueron asesinadas por tiradores que les dispararon de manera aleatoria mientras las víctimas estaban en sus casas o en la calle”, dijo Hurtado. La portavoz aseguró que los miembros de las bandas también están utilizando la violencia sexual contra las mujeres y las niñas.

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