Nuestra República Dominicana tiene ante sí importantes retos que asumir para poder garantizar el real bienestar de los ciudadanos. Entre ellos, uno de los más importantes, según lo reflejado en todas las encuestas públicas y privadas, es el auge de la inseguridad que afecta a todos por igual. Dicha realidad ha hecho que el miedo se apodere de la población la cual se ve obligada a modificar casi todos los aspectos de su rutina diaria en busca de evadir el peligro que la acecha. El choque psicológico ha cambiado por completo la manera de pensar tradicional en nuestro país y lo que antes era cotidiano y normal, hoy es visto sumamente riesgoso.
Entre quienes leen este espacio, estoy seguro que quien no ha sido víctima personalmente de la violencia, tiene allegados cercanos que sí han vivido en carne propia lo que ya es un mal generalizado. Más aún, a través de las redes sociales, lo que durante mucho tiempo podían parecer solo encabezados negativos, hoy queda a plena vista y comúnmente vemos videos que captan como en cualquier lugar terminan siendo asaltadas las personas y en el peor de los casos, perdiendo su vida a manos de antisociales desaprensivos.
Todo este pésimo panorama llama a quienes tenemos posición de responsabilidad pública a tomar acción. El sufrimiento de los ciudadanos debe ser escuchado y nosotros participar en acciones más allá de solo reclamarle al Gobierno que tiene una gran cuota de responsabilidad en la aplicación de políticas públicas para la paz y la seguridad ciudadana, y corresponde a todos el impulsar las acciones que contribuyan a la merecida tranquilidad nacional. Por esa razón, el día miércoles 19 de abril, junto a un selecto grupo de líderes, aunque todos de manera personal también somos figuras que hacemos vida en los principales partidos políticos del país tanto en el Gobierno como la oposición, organizaciones de la sociedad civil, empresarial y sindical hicimos público un documento en el que plasmamos nuestro compromiso con la elaboración y aplicación de políticas públicas contra la inseguridad.
Desde los Poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial así como desde la sociedad organizada es mucho lo que podemos hacer para combatir fuertemente al crimen y más fuertemente a las causas del crimen. Para ello, debemos trabajar de forma coordinada y por eso entendemos muy bien que no se trata de solo buscar culpables o de ganar puntos políticos coyunturales, sino de poner seriamente de nuestra parte para aliviar el mayor flagelo que afecta a la población. Sin ningún tipo de banderías particulares, sino más bien con el rojo, blanco y azul junto a la cruz de nuestra bandera nacional es que expresamos al país que lo acompañamos en este momento de desesperación y que haremos todo cuanto esté en nuestras manos para que la familia dominicana pueda respirar en paz sin que el temor sea que dicte cómo viviremos todos.
La actividad política en su esencia más pura se nutre del consenso por encima del sectarismo. Podremos tener luchas coyunturales, muchas de ellas más que justificadas, pero a la hora de trabajar por el bienestar ciudadano, toca ponerse de acuerdo para ir todos juntos hacia la meta compartida que es una República Dominicana donde podamos vivir en paz y eso hemos hecho.
