La política migratoria del país ha estado en debate en las últimas semanas por la propuesta de dos pactos mundiales sugeridos por la ONU. El vicepresidente de la Fuerza Nacional Progresista (FNP), Pelegrín Castillo, sostuvo que la República Dominicana no tiene un número importante de refugiados porque tradicionalmente el país ha sido cauto para asumir ese tipo de compromisos, pero que si el Gobierno firma el Pacto Internacional de Refugiados junto con la ejecución del Plan Nacional de Derechos Humanos, se corre el riesgo de que el concepto de refugiado “se manipule”.
“Estamos seguros de que se incrementarían exponencialmente las solicitudes de refugio y también los riesgos de que se manipulen los conflictos de Haití en su condición de Estado fallido, para redireccionar el éxodo previsible de las poblaciones afectadas hacia nuestro territorio”, advirtió Castillo.
Según Castillo durante la crisis que vivió Haití entre 1991 y 1994 hubo países que presionaron a la República Dominicana y otras naciones para que abrieran campos de refugio, pero que el entonces presidente Joaquín Balaguer se negó aceptarlo. Castillo sostuvo tiene estrecha relación con el tema de dotar de documentos a los refugiados, que existe un Acuerdo de Preautorización en Aeropuertos suscrito con los Estados Unidos bajo la administración Barack Obama que “contiene cláusulas y anexo inaceptables que persiguen subordinar a República Dominicana a la política de refugiados y asilo de los organismos internacionales”.
De su lado, el presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, Manuel María Mercedes, declaró que es una obligación del Estado dotar de documentos de identidad a las personas que tengan la condición de refugiadas. “
El gobierno a través de la Cancillería presentó el Plan Nacional de Derechos Humanos y está en debate la firma de otro sobre refugiados propuesto por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que ha generado rechazo en el país.
