Comunidades de Samaná y Nagua sufren paso de Irma

La zona más afectada fue Playa Boba, donde al menos 42 familias perdieron sus casas y ajuares. Las zonas vulnerables, asentadas frente al mar o a orillas de los ríos en Samaná y Nagua, sintieron la ferocidad del huracán Irma, que a su paso derribó decenas de casas y afectó siembras, carreteras y el tendido eléctrico.

La zona más afectada fue Playa Boba, donde al menos 42 familias perdieron sus casas y ajuares

Nagua.- Las zonas vulnerables, asentadas frente al mar o a orillas de los ríos en Samaná y Nagua, sintieron la ferocidad del huracán Irma, que a su paso derribó decenas de casas y afectó siembras, carreteras y el tendido eléctrico.

En las comunidades de Playa Cayena y el Juncal de Nagua, el fuerte oleaje y las ráfagas de viento destruyeron al menos 20 casas.

La señora Juana Lantigua, de 75 años, narró que el agua del mar comenzó a llegar hasta la carretera a las 3:00 de la mañana y que seguidamente comenzó un viento fuerte que se llevaba los techos y acostaba las palmeras.

“Cuando escuchamos eso, salimos corriendo pero todo lo que teníamos se perdió porque no pudimos recoger”, dijo.

También el joven Fausto Rodríguez, residente en Playa Cayena, relató que aunque las autoridades les habían dicho que venía un huracán, jamás imaginaron que sería tan fuerte.

“Era de madrugada y lo único que escuchábamos era un fuerte oleaje y los palos que arrastraba el agua. Si no hubiésemos corrido, el agua nos habría llevado también”, narró.

La Boba: panorama devastador

Pero una de las comunidades con mayor afectación fue la de Playa Boba en Nagua, en la cual de las 75 casas existentes, sólo 30 quedaron levantadas; el resto fue destruida.

El panorama era devastador: gran cantidad de escombros, casas de madera completamente destruidas, ajuares dañados por la furia del mar y decenas de personas desorientadas, pidiendo ayuda para ser reubicados o reconstruir sus viviendas.

La señora Eliza Bencosme, explicó que a las 08:00 de la mañana el mar entró con toda su furia y llegó hasta la carretera, llevándose consigo las casas.

“Esto ha sido muy terrible, tenemos miedo porque nos dicen que lo peor no ha pasado. Perdimos todo y lo que esperamos es que el gobierno nos ayude, porque somos pobres y perdimos todo lo que teníamos”, expresó.

El gobernador de la provincia María Trinidad Sánchez, Napoleón Almonte Jiminián, confirmó que producto del paso del huracán, se produjo la destrucción de varias viviendas y que muchos de los afectados perdieron sus ajuares, por lo que debieron ser trasladados a refugios.

“Los afectados son de las comunidades de Boba y El Juncal y ya están recibiendo atención oportuna y fueron llevados a los 38 centros donde ya tenemos tres mil albergados”, destacó.
Resaltó que en los albergues, muchos de ellos escuelas, las familias están recibiendo alimentación, atención médica, colchones y frazadas.

Almonte Jiminián agregó que además se registraron fuertes lluvias e inundaciones en las comunidades de Las Cejas y Pescadero del distrito municipal San José de Matanzas.

En Nagua, desde temprano, unos 100 hombres se desplegaron a través de cinco brigadas, con maquinaria pesada para viabilizar el tránsito en la autopista Nagua-Cabrera y en la ruta Nagua-Samaná, quitando los escombros traídos por el mar. También brigadas de Edenorte trabajaban para levantar los postes del tendido eléctrico derrumbados por la lluvia y el viento.

Ayer en la noche, aún continuaban las fuertes lluvias en las provincias de Samaná y María Trinidad Sánchez, por lo que la guardia, Defensa Civil y el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones realizaban labores de poda de árboles y retiro de escombros para garantizar la transitabilidad de la carretera.

Ocurrió un apagón general por la caída de decenas de postes del tendido eléctrico en los municipios Río San Juan, Cabrera, El Factor y Nagua.

Unos 700 voluntarios de la Defensa Civil trabajan a tiempo completo día y noche sin descanso, además de La Armada Dominicana, la Policía Nacional, Cruz Roja, Cuerpo de Bomberos para restablecer los servicios afectados y garantizar atención integral a las familias afectadas.

Las autoridades reiteraron que al menos 42 casas fueron totalmente destruidas y otras inundadas, árboles derrumbados, calles anegadas por el mar y casi tres mil personas desplazadas, fueron las afectaciones en el municipio Nagua.

Calles se inundaron en María Trinidad Sánchez

Producto del paso del huracán Irma al norte de República Dominicana, fuertes ráfagas de viento y olas de hasta 15 pie de altura, se registraron en la provincia María Trinidad Sánchez. Producto de esto, se evidenciaron inundaciones en las calles Hostos, Duarte, Independencia, Sánchez, Progreso, autopista Nagua- Cabrera y Nagua-Samaná; mientras que los sectores más afectados son Villa Iris Viejo, Acapulco, Río Mar, La Islita, José Francisco Peña Gómez, Buenos Aires, San José de Villa, Pueblo Nuevo, José Ramírez, y las comunidades de Boba y El Juncal. También, Rincones, Las Gordas, Arroyo el Medio, Matancitas, Pescadero, Los Yayales, La Entrada, Arroyo Salado, Habita del Factor, pertenecientes a la provincia de María Trinidad Sánchez. En la mayoría de esas comunidades se afectó el sistema eléctrico debido a la caída de postes de luz. Cuadrillas trabajaron durante todo el día para el restablecimiento del servicio.

En el pueblo de Samaná no hubo tantos daños

En el pueblo de Samaná, a pesar de las fuertes ráfagas de viento y de las lluvias dispersas que comenzaron a caer desde la mañana del jueves, no se registraron daños considerables a la infraestructura. Los comercios, ubicados en la avenida Malecón, permanecieron cerrados durante todo el día y en la bahía sólo se apreciaba una gran cantidad de veleros anclados para ser resguardados de los fuertes vientos. La gente se mantuvo en sus casas, bajo resguardo o en los albergues habilitados para las personas que viven en las zonas de riesgo. En la comunidad de Los Cacaos, ubicada justo frente al mar, el oleaje no afectó a las viviendas. El servicio eléctrico sí se vio interrumpido, debido a que muchos árboles dañaron el cableado eléctrico; por lo que las familias exigían a las autoridades una pronta atención. El paso por las carreteras también fue obstaculizado por los árboles caídos.

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