Especialistas alertan de que discursos populistas inducen a la violencia, porque generan fanatismo entre los seguidores

Donald Trump, un outsider de la política norteamericana que llegó a la Casa Banca con un discurso populista de derecha y que perdió su intento por reelegirse, dejará el poder de la nación más poderosa del mundo y principal referente mundial de democracia, en medio de una crisis política, una constante de este tipo de figuras cuando han llegado al poder sean de izquierda o de derecha, en países subdesarrollados o la potencia más grande del mundo.

El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, llegó al poder con un discurso populista de derecha, en medio de una crisis política en su país derivada de un proceso de judicialización de política por acusaciones de corrupción al Partido de los Trabajadores (PT) que incluyó a su principal líder, Luiz Inácio (Lula) da Silva.

El manejo del gobernante en medio de la pandemia de la Covid-19 desafiando todas las recomendaciones de salud para contener el virus ha situado a Brasil como el país con mayor número de muertos por Covid-19, luego de Estados Unidos. Tanto Trump como Bolsonaro dieron el mismo tratamiento a la enfermedad.

Un populista de izquierda que terminó en crisis recientemente fue el expresidente de Bolivia Evo Morales, que se agenció un fallo en el Tribunal Constitucional para presentarse a un cuarto mandato, pero en las elecciones del 2019 hubo una crisis, porque Morales alegaba que había ganado en la primera vuelta mientras que la Organización de Estados Americanos (OEA) certificó un fraude por parte de Morales para retener el poder. La crisis postelectoral terminó con un golpe de Estado a Morales, se exilió en México. Pero antes enfrentó una ola de protestas que dejaron varios muertos.

Otra caso de populismo de izquierda es Venezuela, país que hizo brillar el modelo en la región con Hugo Chávez y quien antes de morir de cáncer en el 2013 le dejó el poder a Nicolás Maduro. El controversial presidente venezolano se ha mantenido en el gobierno con jugarretas institucionales. Pero tiene el país sumergido en una crisis e inestabilidad permanentes que han provocado la migración masiva de venezolanos a distintos países. Segpun estimaciones, los refugiados rondan los cuatro millones.

Otros casos de populismo de izquierda en la región son los presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, y de Nicaragua, Daniel Ortega. El último logró modificar la Constitución y establecer la reelección consecutiva y luego de su última elección en 2016 ha enfrentado protestas masivas desde el 2018.

Hablan los expertos

Sobre el tema, el especialista en crisis y política internacional, Nelson Espinal Báez sostiene que tanto el populismo de izquierda como de derecha es malo, porque se inspira en soluciones simples a los problemas y se comporta de manera irreflexiva, contrario a la democracia, que es reflexiva.

“Todo populismo, de izquierda y de derecha, destruye la democracia. Genera fanatismo, es la creencia en soluciones simples, de mucha bravuconería y poco diálogo. De muchas testosteronas y pocas neuronas. De mucha imposición y poca persuasión. El populismo es reactivo, la democracia es proactiva. El populismo es la creencia en “mesías” políticos, la democracia es la creencia en principios y procesos políticos. El populismo es irreflexivo, la democracia es resiliente. El populismo genera devotos, su fanatismo es la fe de los débiles. El trumpismo su nueva religión”, reflexionó.

Sostiene que el discurso populista crece, prospera en ciudadanías inmaduras, incapaces de entender el proceso político y la democracia en sí misma. “Los Donald Trump no son la causa, son el efecto. Son personajes sedientos de mando y poder que se aprovechan de las debilidades de los pueblos para esquilmarlos.
En términos cristianos, son justo lo contrario a un Mesías, pues el Mesías se da, se entrega, sirve a los demás. Estos, por el contrario, quitan, roban y se sirven de los demás.” indicó Espinal Báez.

De su lado, el director del Observatorio Político Dominicano (OPD), Nathanael Concepción, dijo que existe consenso en la comunidad académica de que el discurso populista conduce a la violencia y fue lo que provocó el asalto al Capitolio y es el mismo que ha generado discriminación y movimientos fascistas en Europa, así como violencia e inestabilidad política en América Latina.

EE.UU. tiene el reto de superar la polarización

El expresidente del Parlamento Centro Americano (Parlacen), Manolo Pichardo, sostuvo que lo ocurrido el pasado miércoles en el Capitolio, es la consecuencia de una serie de hechos en la sociedad norteamericana. “Lo que ocurra en los EE.UU. no dependerá de un hombre, sino de la dinámica que provoquen los actores sociales a lo interno del país y en el ámbito internacional en el que se producen cambios acelerados que apuntan a la emergencia de nuevos actores; con la aparición de estos nuevos actores el mundo se encamina hacia la construcción de nuevos paradigmas, e incluso, según algunos, hacia el diseño de una nueva civilización”, dijo. Nelson Espinal Báez dijo que en Estados Unidos no han sanado las causas que dieron origen a su guerra civil y que el racismo es sistémico. “Y Trump aupó y prohijó ese odio, ese “bulliyng colectivo” contra el contrario, contra las mujeres y contra toda diversidad. Desde el atril de la Casa Blanca sacó a pasear la sombra del pueblo norteamericano”, subrayó. Sostuvo que el pueblo de Estados Unidos tiene que lograr la convivencia y que el tema no se resuelve con la juramentación del presidente Joe Biden.

Expertos
Todo populismo, de izquierda y de derecha, destruye la democracia. Genera fanatismo”
Nelson Espinal Báez
Especialista en temas de conflictos
Quienes abrazan el enfoque populista y mancillan su legado y muchas veces no duran mucho en poder”
Nathanael Concepción
Director del OPD

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