Danilo fortaleció su liderazgo en el momento de mayor gloria de poder y también le ha tocado la etapa más crítica

El Partido de la Liberación Dominicana (PLD) llega al exclusivo club de organizaciones políticas que han alcanzado medio siglo de vida. Solo el Partido Reformista Social Cristiano (PRSC) y el Partido Revolucionario Dominicano (PRD) han llegado a esa edad, pero ambos reducidos a su mínima expresión luego de alcanzar la cima del poder político y electoral.

Es el mismo camino que ahora transita el partido morado, que llega a medio siglo retado por la supervivencia de su posicionamiento electoral.

El propio presidente y líder de la organización, el expresidente Danilo Medina, lo reconoció recientemente al advertir ante sus compañeros de partido que en las próximas elecciones el PLD se juega su supervivencia como uno de los principales partidos del país.

Las encuestas más acreditadas colocan a la organización en el tercer lugar, muy distante del sólido puesto de segundo que alcanzó en las elecciones de 2020 al lograr 37% de las votaciones.

El PLD estrenó en el país la época de construir el triunfo electoral con el 50+1; ganó cuatro elecciones consecutivas con altos niveles de votación. En 1996, cuando alcanzó el poder por primera vez, superó esa barrera, pero en segunda vuelta, cuando se implementó por primera vez.

De hecho, la historia electoral dominicana tiene en el PLD la única organización política que se consolidó en el poder en la época de la mayoría absoluta. El PRD ganó las elecciones del año 2000, pero no pudo romper esa barrera. El Partido Revolucionario Moderno (PRM) lo logró en 2020, pero en circunstancias excepcionales en las que hubo un alto nivel de abstención superior en 15% al comportamiento histórico de 30%.

La obra de gobierno del PLD también es imponente. Y es basado en su estructura y en los logros de sus cinco gestiones de gobierno que la organización apuesta a volver a fortalecerse y conquistar su sitial preponderante en el mercado electoral.

El PLD fue fundado el 15 de diciembre del 1973 por Bosch, tras su renuncia al Partido Revolucionario Dominicano (PRD) el 18 de noviembre de ese mismo año, frustrado porque no pudo aplicar la disciplina partidaria que había diseñado, lo que le provocó enfrentamientos con dirigentes del partido blanco, entre ellos el fallecido José Francisco Peña Gómez.

En esas cinco décadas, cuatro grandes momentos han marcado la trayectoria del partido morado.
El día de su fundación, el ascenso a la presidencia de la República por primera vez, 23 años después de su creación, en el 1996 en la persona de Leonel Fernández; su transformación de un partido de cuadros a un partido de masas que ocurrió en el 2001 y la división que lo sacó del poder y ahora se coloca en el tercer lugar en el electorado.

A lo largo de sus 50 años, el PLD ha tenido solo tres presidentes. Los primeros 23 años, su fundador y guía, el profesor Juan Bosch, trazó la línea política de construcción y crecimiento del partido que afirmó “sería único en América”. Tras la salida de Bosch, el liderazgo lo asumió Leonel Fernández y fue bajo sus directrices que la organización alcanzó su mayor época de gloria electoral y de poder.

Bajo el liderazgo de Danilo Medina, al PLD le tocó un momento estelar, único en la historia electoral, alcanzó la votación de 62% en 2016. Pero a Medina también le tocó la etapa más crítica tras su salida del poder y ahora la necesidad de sobrevivir en un escenario electoral que luce adverso.

Después de la gloria


En solo cuatro años y de manera casi sorpresiva, el PLD pasó de lograr una votación histórica y única en la historia electoral del país de 62% en 2016, a perder todo el poder, cuatro años más tarde en 2020. Hoy su meta fundamental no es siquiera ganar las elecciones, es conservar un espacio en el electorado digno para la maquinaria política más poderosa y exitosa que ha conocido el país.

Con todo el poder bajo su dominio, el PLD fue considerado por sus opositores y la sociedad civil como un partido hegemónico que empezaba a restar calidad a la democracia; y los más exagerados llegaron a denominar el sistema democrático bajo el dominio peledeísta como “la dictadura de partido único”.


¿Cómo el PLD pasó en menos de cuatro años de partido hegemónico a una batalla de sobrevivencia?
El partido morado logró éxito en dos transiciones de liderazgos. La de Bosch a Leonel; y la de Leonel a Danilo. Sin embargo, sobre cuál dirigente del PLD recaería la presidencia de la República a a partir del 2020, que en la práctica equivale entregar el liderazgo de la organización, fue un proceso que los líderes del PLD no lograron concretar con éxito. Ahí radica la razón esencial que provocó la división de la organización, decretó su salida del poder y su caída en el electorado de cara a las elecciones de 2024.
Aunque el PLD se dividió formalmente en 2019, la historia se remonta al 2015, cuando el Comité Político de la organización le dobló el pulso a su presidente, para aprobar la reforma a la Constitución que permitía la reelección del entonces presidente Medina.

Electoralmente, el PLD sobrevivió unificado a ese trance. Pero una vez concluidas las elecciones, el sector de Fernández inició una campaña para evitar que Medina y la mayoría con la que contaba en el PLD volvieran a modificar la Constitución para una tercera candidatura consecutiva del entonces presidente.
Finalmente, la reforma no fue sometida ante el Congreso, pero la batalla que implicó dejó irreconciliable al PLD. Medina escogió a Gonzalo Castillo para que lo sucediera en el poder.

El tiempo ha demostrado que Castillo no fue una buena apuesta política. Según Fernández, perdió las primarias porque fue víctima de un fraude y ese fue su argumento fundamental para renunciar al PLD el 20 de octubre de 2019 y fundar el que es hoy su nuevo partido, y está en segundo lugar en las preferencias del electorado, la Fuerza del Pueblo (FP).

Tras la derrota electoral del 2020, la marca PLD ha sufrido un gran daño por los sometimientos de funcionarios del gobierno de Danilo Medina acusados de corrupción. La lista involucra a sus colaboradores más cercanos como el propio Castillo y José Ramón Peralta, hasta familiares cercanos del líder del PLD.

Aunque la organización sufre una salida constante de dirigentes a todos los nivles que van especialmente a la FP y al PRM, la mayoría de los miembros del Comité Político se mantiene en la organización. Además de la FP, del PLD nació otro partido, Justicia Social de Julio César Valentín, que ha logrado atraer a otros dirigentes a su proyecto, que va aliado al oficialista Partido Revolucionario Moderno (PRM).

En el actual contexto, el PLD apuesta a una alianza con toda la oposición para mantener su sitial electoral y volver al poder unificando el voto que se dividió hace 4 años. Pero esa alianza es al mismo tiempo una amenaza para la sobrevivencia de las siglas políticas de mayor peso que ha tenido la historia del país.

“Cada miembro es un modelo político”

Entre las reflexiones del fundador del PLD, el profesor Juan Bosch, decía que cada miembro de la entidad era un modelo político que no existía en ningún otro país de la región. “Cada miembro del partido es un modelo político que multiplicado por todos los peledeístas produjo la poderosa, la incomparable unidad del PLD, algo que no se había conocido en la historia política de nuestro país pero tampoco en países semejantes al nuestro”, afirma Bosch sobre la formación política que fundó en 1973 y de la que fue declarado presidente advitam.

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