Santiago. Una experticia más atenta y detallada en el terreno de parte del arquitecto Juan Francisco Tineo, de la Dirección Nacional de Patrimonio Monumental, ha concluido que la estructura encontrada en las excavaciones de la calle Benito Monción es anterior a 1937 y no es ni formó parte de un pozo séptico.
Las pesquisas establecen que se trata de un desagüe, como ya lo había planteado en su hipótesis el historiador Edwin Espinal.
De acuerdo a las investigaciones, la aparición de restos humanos en el tramo de la calle Duvergé entre las calles Benito Monción y 30 de Marzo, en Santiago, a un costado de la Catedral Santiago Apóstol, a propósito de la excavación de zanjas para la colocación de tuberías para el cableado de la iluminación exterior del templo, conduce a confirmar el dato ofrecido por Gaspar de Arredondo y Pichardo en 1805 de que, para entonces, el cementerio de la ciudad se hallaba frente a la iglesia parroquial.
Aunque los hallazgos con las excavaciones han permitido desatar una serie de hipótesis, el historiador Robert Espinal, director del Archivo Histórico de Santiago refiere que no puede referirse al tema, pues no tiene base para opinar, debido a que no ha hecho una investigación al respecto. Sin embargo, cree deben contar con expertos para la investigación.
Con motivo de las excavaciones que se realizan en la calle Benito Monción en Santiago, en el tramo comprendido entre las calles Restauración e Independencia, frente al arranque de la calle Peña y Reinoso, al pie de su acera este, ha quedado al descubierto una alcantarilla de mampostería de ladrillos.
Se cree que lo hallado forma parte de los desagües construidos por el ayuntamiento al filo del siglo XIX para recoger las aguas de las calles y preservarlas de la erosión, así como de la formación de fangales, lodazales, hoyos, pozos, baches, lagunas, pantanos y zanjas, presentes en múltiples vías. Esto implicó la búsqueda de una solución maestra para el desagüe de la ciudad.