La viruela es una enfermedad aguda y contagiosa causada por el virus Variola. Este nombre hace referencia a pústulas que aparecen en toda la piel. Aunque esta enfermedad fue erradicada en 1980, la llegada al país de la viruela del mono, ha generado múltiples interrogantes sobre su similitud entre ambas enfermedades.

De acuerdo con el experto en virología médica y enfermedades tropicales, Robert Paulino Ramírez, la viruela del mono es un virus endémico en la región central y occidental de África y que ha venido incrementando en diferentes puntos de ese continente.

Preciso que el aumento de la enfermedad fue determinado por la similitud con otros virus: “Hay otros virus que han tenido patrones similares y se han salido del centro de África, moviéndose hacia los países costeros”

A propósito del esquema de vacunación, el especialista indicó que las personas nacidas después de los ochenta no tienen anticuerpos de viruela humana.

“Nadie tiene hoy en día anticuerpos… algunos que nacimos en los ochenta no nos toca tener anticuerpos contra la viruela y por consiguiente no tenemos inmunidad natural por la infección ni vacunación”, dijo.

Explicó la diferencia entre la viruela del simio y la varicela, indicando que ambos son virus de CDN, sin embargo, las lesiones que aparecen tienen patrones distintos.

“En el caso de las varicelas las lesiones aparecen de forma escalonadas. en los brazos y en la cara, pero en la viruela aparece en todo el cuerpo”, dijo.

Expresó que el virus de la viruela de mono utiliza las células de las mucosas de la boca y de las vías respiratorias para adherirse a los receptores que se encuentran en los tejidos del cuerpo. Este necesita un contacto más cercano y constante.

Robert Paulino confirmó que en la República Dominicana se puede llevar a cabo la prueba para la detección de la viruela símica, ya que no es necesario realizar procesos tan rigurosos como en el pasado.

Ante la proliferación del virus del mono y las variantes del covid, especialistas continúan concientizando a la población sobre la importancia de la vacunación temprana para prevenir las enfermedades.

El órgano encargado del esquema de las vacunas es el Programa Ampliado de Inmunización (PAI), el cual fue puesto en marcha a mediados del decenio de 1970 a nivel mundial por la Organización Mundial de la Salud.

Tras su implementación se reflejó un aumento del 80% de los niveles de vacunación.

El PAI tiene como finalidad la integración de las vacunas en otros servicios de la salud, fortalecer los sistemas de estrategias de manera que sean suministradas aun en momentos de crisis y asegurar la asequibilidad de estas, con la intención de erradicar las brechas.

La OMS estima que en la actualidad estas previenen entre dos y tres millones de defunciones y evita que las personas contraigan enfermedades y discapacidades.

De acuerdo con el esquema de vacunación del PAI, las vacunas que dan inicio al esquema de inmunización en las personas y que son colocadas desde días posteriores del nacimiento, son la BCG contra la Tuberculosis (TB) y la Hepatitis B.

Más adelante, a los dos y cuatro meses de edad, los infantes son inoculados con Rotavirus, Polio, Pentavalente y Neumococo. Mientras que a los seis reciben una tercera dosis de Polio y Pentavalente.

Este documento también establece que a partir del primer año del niño debe ser inmunizado con una dosis única de las triples virales, es decir, de la Sarampión, Rubéola y Papera, la cual está acompañada del primer refuerzo contra el Neumococo.

De ese mismo modo, detalla que a los 18 meses le corresponden al menor los refuerzos de la DPT (difteria, tétanos y tos ferina) y Polio. A los cuatro años, un segundo refuerzo de DPT y el Polio.

Vacunas de:

• BCG: Tuberculosis infantil

• Hepatitis B: Previene la infección de la hepatitis B en el recién nacido

• Rotavirus: diarreas graves producidas por Rotavirus

• Polio: Polimielitis

• Pentavalente: difteria, tétanos, tos ferina, hepatitis b y enfermedades graves producidas por Haemophilus Influenzae tipo b.

• DPT: difteria, tétanos y tos ferina

• De sarampión, evita la neumonía, encefalitis y enfermedades neurodegenerativas.

• Frente a neumococo, H. influenzae tipo b y meningococo C previenen secuelas de las meningitis, como la sordera y otros déficits neurológicos discapacitantes.

• Frente al virus de la parotiditis (causa de “paperas”) evita sorderas y también orquitis en los varones.

• Frente a la polio evita cojeras y deformidades permanentes.

Mediante la inmunización se impide, así mismo, enfermedades que son capaces de transmitirse al feto durante el embarazo, como la rubéola congénita.

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