La esquizofrenia es una enfermedad grave que afecta al 1 % de la población y reduce hasta 20 años la esperanza de vida por la comorbilidad con otras enfermedades, como las cardiovasculares, y por el suicidio; hasta un 10 % de los pacientes intenta quitarse la vida y un 5 % lo consigue.

Así lo ha explicado el director de la unidad de esquizofrenia del hospital Clínic de Barcelona, Eduard Parellada, en una rueda de prensa en la que se ha presentado el primer antipsicótico y único tratamiento inyectable para la esquizofrenia.

Un tratamiento que ha recibido el visto bueno del Ministerio de Sanidad, y que tiene como novedad que su administración solo es necesaria dos veces al año.

Este antipsicótico de acción prolongada (Byannli) de la farmacéutica Janssen coloca a la psiquiatría en la vanguardia ya que se convierte en la primera especialidad que tiene un fármaco con un decalaje de administración tan largo, de carácter semestral, y con esa dosis se mantiene a los pacientes estables.

Falta de adherencia a los tratamientos

Parellada ha subrayado la importancia de que el paciente con esquizofrenia siga un tratamiento ya que el 75 % experimenta una recaída de los síntomas (delirios, alucinaciones, trastornos del pensamiento y del movimiento) por falta de adherencia a la medicación.

Este experto ha recordado que la esquizofrenia, según la OMS, es la décima causa de discapacidad mundial y la tercera en la horquilla de 13 a 40 años.

Sin embargo, en muchas ocasiones los pacientes no tienen conciencia de la enfermedad, por lo que los antipsicóticos inyectables de liberación prolongada son muy eficaces, aseguran la continuidad del tratamiento y lo mantienen estable.

Este especialista también se ha referido al estigma de la enfermedad y al hecho de que el paciente esquizofrénico rechaza su enfermedad y el propio tratamiento psicofarmacológico.

Parellada ha puesto en valor este nuevo fármaco, que supone, ha dicho, «una pequeña revolución en el ámbito de la psicofarmacología».

Envejecimiento del paciente con esquizofrenia

En la presentación de este medicamento para el control de la esquizofrenia, ha participado la catedrática de Psiquiatría de la Universidad de Oviedo e investigadora del Centro de Investigación Biomédica en la Red de Salud Mental (CIBERSAM), Paz García-Portilla.

La psiquiatra ha agradecido a la administración sanitaria que en estos tiempos de «crisis y recortes» haya apostado fuerte por aprobar este fármaco y ponerlo a disposición de los psiquiatras y pacientes que lo necesiten.

García-Portilla ha explicado que los tratamientos intramusculares reducen el número de recaídas y las hospitalizaciones.

También ha insistido en que el paciente con esquizofrenia tiene muy poca adherencia a la medicación porque no es consciente de que tiene una enfermedad y piensa que «eso que pasa por su cabeza es producto de la vida real, en lugar de una alteración en el funcionamiento de su cerebro».

Comorbilidades de la esquizofrenia

Comorbilidades de la esquizofrenia

La esquizofrenia, ha expuesto Paz García-Portilla, produce patologías endocrinometabólicas y cardiovasculares, y deteriora la salud física.

De hecho, ha comentado, el cuerpo de un paciente con esquizofrenia está envejecido y «si tiene 40 años su salud cardiovascular y metabólica corresponde a la de una persona de 60».

La aparición de la esquizofrenia se produce habitualmente al final de la adolescencia, y la enfermedad, ha subrayado García-Portilla, «no deja tener ni vida, ni proyecto».

Por ello, esta psiquiatra ha hecho una férrea defensa de los tratamientos intramusculares al permitir la recuperación del paciente, mejorar su calidad de vida y su funcionalidad psicosocial.

 

Fuente:EFE

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