El miércoles 14 de octubre del presente año se celebraron nuevas elecciones en la Asociación Dominicana de Profesores (ADP). Mediante acuerdo con la Junta Central Electoral (JCE) se aplicó por primera vez en el país el voto electrónico; como forma de adelantar, a partir de la experiencia con la ADP, nuevos progresos en el proceso de desarrollo de la democracia electoral en la República Dominicana.
En las referidas elecciones de la ADP ejercieron el derecho al voto 66 mil 659 docentes (75.6%) que tomaron parte en el proceso. Aunque originalmente se inscribieron 10 planchas, expresión de la diversidad dentro de la histórica unidad de la ADP, como resultado de las alianzas se redujeron a cinco (5). Ganaron todos. Sí, tal como fue expresado: ganaron todos. Se debe a que la ADP adoptó desde el 20 de agosto de 1977, en su primer congreso, la proporcionalidad como mecanismo de conformación de los equipos colegiados de dirección. Lo que significa que la plancha más votada no obtiene la totalidad de los puestos; así siete de las 10 planchas ocupan cargos de dirección en el nuevo Comité Ejecutivo Nacional como máximo organismo, liderado por el profesor Eduardo Hidalgo. De ahí que la JCE ha encontrado en la ADP un ejemplar modelo de democracia para poner a prueba el voto electrónico.
Para las elecciones nacionales la exitosa experiencia tiene una muy importante derivación. Si bien el sistema electoral nacional se ha ido fortaleciendo en su transparencia y mecanismos de elección que aseguren la verdadera voluntad de los participantes, existe una socorrida expresión que habla mucho de las debilidades que aún persisten: “acta mata votos”. Se trata de que aún con los votos emitidos hacia una determinada preferencia electoral, son no pocos los casos en la historia electoral de arreglos perversos mediante los cuales a partir de la compra de delegados ante las mesas electorales los mismos otorgan votos que no se han emitido a favor de determinados candidatos. Con el sistema de voto electrónico que se ha probado exitosamente con la ADP, eso no sería posible, representando un gran paso de avance. Es cierto que aún faltan otros cambios en el plano nacional, que introduzcan mayor democracia en cuanto a los recursos que pudiesen disponer los distintos candidatos, introduciendo la equidad que es una de las máximas expresiones de verdadera democracia electoral.
La reciente experiencia del plan conjunto ADP-JCE es un aporte en la perspectiva de seguir fortaleciendo la democracia electoral, condición esencial del desarrollo nacional. Procede felicitar a ambas organizaciones por tan valiosa contribución.
