Hasta sectores vinculados a la política se hastían de las campañas presidenciales y congresuales en República Dominicana.
Son largas y copan casi toda la vida general de los ciudadanos: las calles y avenidas están llenas de afiches, en los medios de comunicación pasan a ser el tema principal, los debates entre los candidatos son insulsos, se llega a los insultos personales y está ausente la profundidad en el análisis de los temas de importancia para la sociedad.
Marchas y caravanas taponan las calles (con las consecuencias para los transeúntes que no están en eso), acompañados de una gran bulla. Esperamos que algún día nuestras campañas política sean diferentes.