El amor, el de siempre…

Mañana, 14 de febrero, el mismo de todos los años, San Valentín el del amor, de la amistad, el de los mensajes, regalos, flores, música romántica, perfumes, del repetido día comercial y  del blanco y el rojo,

Mañana, 14 de febrero, el mismo de todos los años, San Valentín el del amor, de la amistad, el de los mensajes, regalos, flores, música romántica, perfumes, del repetido día comercial y  del blanco y el rojo, en alegórica mezcla de pureza y  pasión. El santo Valentín, “destutanado” del santoral católico en 1969, persiste en el acervo popular de los países anglosajones y se introduce sigilosamente en naciones tradicionalistas.

El amor es… difícil de definir, parte de la esencia de todos los  seres humanos, eternizado en todas las culturas: sentimiento, emoción, atracción; todo el arte, la poesía, la pintura, la escultura, las letras que cantan al amor, en  todos sus grados y formas.

Sus símbolos: el corazón rojo, de incierto inicio, en ocasiones atravesado por una flecha, al margen de que se trate de la forma de flores u hojas de determinada planta.

Simboliza el “órgano” y receptáculo del amor, donde se manifiestan sentimientos y emociones, punto considerado una de las 7 “chacras” del ser humano; Cupido en forma de “putto”, querubín o angelito, con su evolucionado origen desde la Roma antigua proveniente de Eros en Grecia, niño alado que con sus flechas “contagia” de amor y produce maravillosos efectos.

El amor todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta, dice San Pablo en su 1era Carta a los Corintios. Un concepto de afinidad que produce sentimientos que provocan poderosas emociones, actitudes, afectos, cariños, compasión, bondad, que pone a flor de piel lo positivo del ser humano.

En sí, un sentimiento que trasciende hacia la mente y el alma, que considera al otro como un ser único; el amor es hombre, es mujer, con concepciones propias. Su pureza lo lleva hacia lo incondicional: amor de madre; fraternal; amores que rejuvenecen, como en la letra de Caballo Viejo de Simón Díaz; al prójimo, como mandan los principios cristianos; a Dios, platónico, sexual, universal, filial; la amistad, con todos sus tonos,  como expresión de amor. El corazón “partío”,  le robaron el corazón, romper el corazón, expresiones que centran el amor, en lo que para la medicina es solo bomba sanguínea.

Concepto filosófico, expresión científica, explicación psicológica o química, sentimiento que solo los que lo sienten pueden definir, de manera personal, propia.

La relación amorosa que potencia sentidos y exalta lo mejor de sí mismo, en una magia que todo lo hace brillante y colorido, que destaca la inocencia y potencia la pureza, al tiempo que dispara la base química y neuronal con descarga de hormonas que producen atracción mutua, deseo y pasión. El beso con sus  infinitas modalidades, intensidades e intenciones, es símbolo de afecto. 

El refranero criollo con su “ma jala un pelo’e c… que una yunte’bueye” expresión popular de su descomunal potencia. l

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