La ya incinerada Amy Winehouse no murió a causa de consumir drogas. Ay, no.  Por lo menos ese es el resultado que arrojaron las pruebas toxicológicas practicadas al cuerpo de la cantante. Empero, el dato en vez de aplacar dudas mejor las acrecienta. 

Mediante un comunicado enviado a los principales medios de comunicación, la familia de Amy revela que no había rastro de drogas ilegales en el cuerpo de la diva del  soul, pero sí niveles de alcohol. Sin embargo, es ahí la duda porque tampoco se podría asegurar que fue la causa más determinante en su muerte.

Esa información abre la posibilidad si fue parte de un síndrome de abstinencia de drogas o si su hígado no soportó más las ingentes cantidades de bebida. 

Una primera autopsia no había podido determinar si había sustancias tóxicas en el cuerpo de Winehouse cuando la encontraron muerta en su casa en julio pasado y ahora, pese a este pequeño adelanto, la familia deberá esperar el resultado de una investigación forense más completa prevista para octubre.

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