Anexión frustrada XI

Este es un texto abreviado del noveno más grave error presidencial, incluido en la supuesta guía del presidente Obama.

Este es un texto abreviado del noveno más grave error presidencial, incluido en la supuesta guía del presidente Obama.“La noche del 2 de enero, el presidente Grant acudió en persona, sin previo aviso y sin escolta, a hacer una apelación personal de apoyo a un senador. Sumner… cenaba con dos periodistas. La llegada del presidente sorprendió al senador y sus invitados… Grant explicó el propósito de su visita. Quería que el tratado de anexión de Santo Domingo pasara (en el Senado); como presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, el apoyo de Sumner al tratado era esencial.  Sumner respondió: “Espero, señor presidente, apoyar las medidas de su administración”.

“… en los términos del tratado, los Estados Unidos anexarían la isla (comprarían) por US$1.5 millones, más un honorario de US$100,000 pagado directamente al presidente (dominicano) Buenaventura Báez, partidario entusiasta de la anexión. La motivación de Grant era controversial:  después de cinco años de violencia paramilitar en que los afroamericanos eran blanco de grupos como el Ku Klux Klan, el presidente había llegado a la conclusión de que los blancos sureños nunca podrían vivir en paz al lado de sus ex esclavos negros. La solución prudente, parecía a Grant, era reubicar fuera del territorio continental a más de cuatro millones de recién liberados afroamericanos en donde, libres, estarían a salvo para prosperar”

“Debe haber sido descorazonador para los libertos sentir que la solución del presidente Grant no era un esfuerzo total para hacer cumplir la ley… más bien animar a las víctimas a salir del país como si (todo) fuera culpa suya o nada pudiera hacerse… Salió al aire un arrebato elitista de retórica grosera, llena de odio, aun hasta de los reformistas norteños que una vez simpatizaron con los ideales de los esclavos. Esto marcó el principio del fin del ideal igualitario de la reconstrucción. Cuando el tratado se presentó al Comité del Senado, Sumner no lo obstruyó, dejó que llegara al Senado para su debate. Y allí fue enterrado… Sumner afirmó que con la adquisición de Santo Domingo, Estados Unidos se pondría su propia silla de montar con una nación donde la insurrección política es hecho casi cotidiano; calificó a Báez como “un chacal político”, y a Grant lo maldijo por acosar a una nación empobrecida, militarmente débil para que entregara su independencia a EE UU, para injertar un “sistema imperial” a la forma de gobierno estadounidense. Luego, con patética y florida elocuencia, por lo que era famoso, Sumner denunció que si Estados Unidos anexa Santo Domingo sería el primer paso en una “danza de sangre”.

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