Luchar contra el envejecimiento desde una temprana edad se ha convertido en una prioridad para muchos y muchas, y esto ha sido terreno para que cada vez surjan alquimistas y farsantes vendiendo procedimientos, ungüentos, masajes y demás yerbas, lo cual ha servido de especie de consuelo para muchos y desaliento para otros.
Estas falsas promesas han llegado lejos. Por ejemplo, el bioaging, que analiza la edad biológica celular y establece los parámetros para rejuvenecernos por dentro, desde las células al exterior, o el test de medición de la longitud de los telémetros, con lo cual dicen calcular la edad biológica frente a la cronológica, y valorar así el grado de recuperación o rejuvenecimiento celular tras la aplicación de sus tratamientos.
Ademas, y como cosa curiosa, prometen con una gota de sangre, saliva u orina, evaluar de manera científicamente más eficaz y segura los más novedosos marcadores celulares.
Aunque todo esto sorprende a cualquiera no es menos cierto que marcan el inicio de una nueva era en la medicina que trata de retardar el proceso natural de envejecimiento a través de la dieta, el ejercicio físico, la reducción del estrés, la administración de suplementos nutricionales el reemplazo hormonal y, en último término, la cirugía estética.
Lo que sí estoy seguro es que será difícil hacer retroceder nuestro reloj biológico.
