Todavía noto una enorme dosis de romanticismo en ciertas latitudes donde se conglomeran fanáticos dominicanos cada vez que un jugador se va de una franquicia. Ese dolor se inserta en lo más profundo y de repente llega una melancolía que parece gemela de la que hace acto de presencia cuando se pierde un gran amor.
Favor de aterrizar. Los sentimientos son cosas del pasado entre las dos caras del deporte, llámese dueños y jugadores.
Cal Ripken Jr., Mariano Rivera y Derek Jeter, entre otros, pertenecen a un molde que probablemente será puesto en un lugar de la mancha cuyo nombre nadie recordará. Ese tipo de atletas ya no viene.
Si acaso aparece uno, le presentan mil razones por las que debe pensar en los millones y la fama que ofrece el mejor postor.
Los ejemplos abundan como si se tratara de los ingenieros que cobran el adelanto de la obra y la terminan a su antojo.
Ayer introdujeron a Paul Pierce, Kevin Garnett y Jason Terry como nuevos miembros de los Nets de Brooklyn. Pierce fue un Celtic desde que salió de la universidad de Kansas en 1998. Fue enviado a Nueva York, donde todo lo que huele a Boston es despreciado y viceversa.
Pero si los Celtics quieren competir en un futuro no muy lejano, ese es el mejor camino. Lleno de tortura al día de hoy, prometedor en varias campañas.
El tiempo es el verdadero juez de las acciones. LeBron James fue zarandeado por irse de los Cavaliers, donde era difícil que ganara como lo hace con Miami.
Resulta que es la tendencia en la NBA porque nadie quiere pasarse la mejor etapa de su carrera inmolándose con franquicias que están eliminadas desde los entrenamientos.
El que se enamora pierde en el profesionalismo de estos tiempos.
Apunte esto.
Yankees vs. Boston para el reinicio de la segunda mitad de las Grandes Ligas…Plato fuerte…Si Manny Ramírez sigue como va en Triple A lo veo pronto con los Vigilantes…Espero que Bartolo Colón pueda ganar 20 juegos…Se lo merece…Por cierto, Oakland y Texas luchan el título del Oeste de la Americana.
