Atolladero

La tremenda capacidad de nuestros actores políticos para ponerse por encima de instituciones, preceptos o normativas que ellos mismos conciben, coloca la vida pública criolla en categoría de pantomima. Gastamos dinero, tiempo y energía en burocracia,&

La tremenda capacidad de nuestros actores políticos para ponerse por encima de instituciones, preceptos o normativas que ellos mismos conciben, coloca la vida pública criolla en categoría de pantomima. Gastamos dinero, tiempo y energía en burocracia, análisis, leyes instrumentalmente inútiles. Una prueba más de esto es la paradoja de tener un departamento estatal -la Dirección General de Ordenamiento Territorial adscrita al Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo-, estructurado formalmente para organizar la división territorial bajo criterios técnicos, pero bien sabemos que ahora y siempre basta con que lo quieran los políticos para que se creen todas las demarcaciones que cuadren a sus ambiciones. El país superará su profundizado atolladero sólo con un cambio de mentalidad de nuestros dirigentes.

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