Ballenas jorobadas, acrobáticas y a veces tímidas

De enero a marzo, la Bahía de Samaná está poblada de ballenas jorobadas que vienen a aparearse y reproducirse en el santuario mamífero de la República Dominicana.

De enero a marzo, la Bahía de Samaná está poblada de ballenas jorobadas que vienen a aparearse y reproducirse en el santuario mamífero de la República Dominicana.Para poder ver las ballenas jorobadas que cada año visitan la península de Samaná hay que tener mucha paciencia y, sobre todo, seguir las instrucciones del guía. Estos cetáceos viajan miles de millas en el invierno para aparearse en la zona y parir a sus crías, lo cual le es ideal por la calidez de sus aguas. Llegan desde el Atlántico norte, huyéndoles a sus frías aguas.

Aunque la temporada de ballenas jorobadas en el santuario comienza oficialmente el 15 de enero y concluye en marzo, febrero es el mes ideal para lograr verlas a plenitud. Con suerte, en el día se pueden avistar entre 5 y 7 de estos animales. En algunas ocasiones solo sacan tímidamente sus lomos y grandes aletas pectorales, pero en otras hacen el deleite de los turistas y realizan acrobacias, como saltos y coletazos. Normalmente no duran mucho en la superficie, pero vuelven a salir, sobre todo los ballenatos que necesitan emerger para respirar cada cinco minutos, contrario a los adultos que pueden durar 45 minutos sin hacerlo. Durante la temporada, la cual activa mucho el turismo y la economía en Samaná, arriban al lugar unas 12 mil ballenas, explica la guía Ileana Reynoso durante un recorrido auspiciado por el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales.

Para poder disfrutar del espectáculo en el Santuario de Mamíferos Marinos (que incluye el Banco de la Plata, Banco de la Navidad y Bahía de Samaná), las personas tienen que trasladarse en una embarcación, que normalmente es un catamarán o bote.  Aunque a veces se acercan tanto que desde el puerto se pueden ver. Para  verlas desde tierra hay un observatorio.  El viaje en la embarcación tiene un costo equivalente a 35 dólares, tarifa que fue fijada por la Asociación de Dueños de Barcos de Samaná.

El santuario tiene un área de 35 mil kilómetro cuadrados y la zona de observación un radio de 240. Se llega a ella más o menos en 30 minutos. Ya en el lugar, los motores de las embarcaciones deben estar en neutro, nunca apagados, para que los cetáceos los sientan y puedan orientarse. Otro punto a destacar es que en la zona de avistamiento no deben estar más de tres de embarcaciones, las cuales, a su vez, solo se pueden acercar a estos animales no más de 50 metros si se trata de un adulto y 80 si hay una cría, esto para no causarles estrés. Durante la temporada, Medio Ambiente solo emite 56 permisos en procura de proteger el lugar.

Ya en la zona de observación, lugar donde se puede permanecer hasta dos horas, se peina el área a baja velocidad y todos sentados.

El guía indica que para un mejor avistamiento se usará como referencia un reloj, de modo que si se observa a los cetáceos al frente se dice que están a las 12:00, si emergen a la derecha se dice a las 3:00, y así sucesivamente. Otra regla es que las personas a la derecha de donde están las ballenas deben permanecer sentadas para que las que están colocadas a la izquierda se paren y puedan verlas.

Reglas de seguridad

Cuando las personas abordan la embarcación  se les coloca un salvavidas, el cual no deben quitarse en ningún momento. También se les instruye  a permanecer sentados y se les a da a tomar una pastilla para evitar marearse.

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