“Se vive anclado cuando se tiene un sentido de utilidad, cuando se existe con voluntad, pasión y espíritu, pero sobre todo, cuando se tiene una utopía asumida, una filosofía de vida que está apoyada en vivir tal como se es”, dice el psiquiatra José Miguel Gómez, sobre las “personas ancladas”, aquellas emocionalmente maduras. A los moradores de La Barquita el presidente Danilo Medina no les promete la barca que los cruce a otros mares de locura, sino un ancla in situ.
Fomentará una “solución integral”, sin trasladar gente a apartamentos nuevos. La propuesta presidencial es en una onda alternativa. Si arregla la atribulada Barquita aplicando un esquema tan inusual, sentaría “barrios anclados” como nunca se hizo. l
