Barrios: «Ahora, que se maten entre ellos» en los 5.000 metros

LONDRES (AP) — ¡Fue penal, árbitro!, se pudo haber reclamado el miércoles en una dura eliminatoria de medio fondo del atletismo de los Juegos Olímpicos, en la que abundaron codazos y empujones, y con el mexicano Juan Luis

LONDRES (AP) — ¡Fue penal, árbitro!, se pudo haber reclamado el miércoles en una dura eliminatoria de medio fondo del atletismo de los Juegos Olímpicos, en la que abundaron codazos y empujones, y con el mexicano Juan Luis Barrios clasificado a la final.

Claro, las fricciones no ocurrieron dentro del área sino en la pista del estadio Olímpico, con Barrios por segunda vez consecutiva incrustado en una final olímpica de los 5.000 metros.

El plan de Barrios para esa decisiva competencia del viernes, en la que 16 atletas lucharán por el podio, será escaparle a las fricciones y esperar a que los corredores «se maten entre ellos».

¿Escuché bien, Barrios?, preguntó The Associated Press.

«Sí. Lo mejor es esperar y ver como se van a matar entre ellos», respondió el mexicano para aquel que tuviera alguna duda, tras haberse clasificado noveno con 13 minutos, 21 segundos y 1 centésima. Su tiempo fue poco más de seis segundos más lento que el primero, el etíope Dejen Gebremeskel.

No es fácil percibirlo. Usted los ve por televisión y todos los medio fondistas, y así ocurre en la mayoría de las otras disciplinas, marchan con los hombros erguidos y un braceo coordinado hacia adelante y hacia atrás.

¿Y cómo es que hay codos que se hacen sentir en riñones ajenos? ¿Y los hombros chocan contra los hombres?

«Por supuesto», respondió Barrios. «Así fue la carrera de hoy y peor será la del viernes».

En atletismo no hay penales, tiros libres, ni tarjetas amarillas, como en el fútbol. Tampoco existe el cartón rojo, pero sí su equivalente, que es la descalificación del atleta.

Barrios, de 29 años y séptimo en Beijing 2008, dijo que las infracciones en el atletismo son casi imperceptibles y que si son comprobadas se penan con la descalificación.

Explicó que el contacto físico ocurre a menudo y que en medio de un pelotón de atletas es muy difícil advertir a los que «se abren paso a los codazos y empujones» o tratan de invadir el carril ajeno.

«Por momentos me dieron ganas de ser más agresivo», dijo el mexicano al recordar la prueba de este miércoles y rehusando dar nombres de quienes serían a su juicio los reyes de los codazos y empujones.

Barrios dijo que estaba muy concentrado en clasificarse a la final y que a pesar de intuir que estaba entre los primeros, temía una ingrata sorpresa.

«Los últimos cinco o seis metros estaba muy agotado y cuando llegué no tenía la seguridad de haber clasificado», subrayó Barrios. «Recién me tranquilicé cuando vi la pantalla», de la pista del Estadio Olímpico que da a conocer los resultados de las carreras.

«9. Juan Barrios», leyó el campeón panamericano en Guadalajara 2010.

Y entonces, respiró tranquilo.

Barrios superó, entre otros, al flamante campeón olímpico de 10.000 metros, el británico de origen somalí Mohamed Farah, quien finalizó en el puesto 15.

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