En la víspera de las elecciones, realizadas el pasado 15 de mayo y en las que fueron electas nuevas autoridades municipales y congresuales -incluida la reelección del presidente Danilo Medina-, escribí dos artículos en los que abordé el inaceptable e infernal problema de la basura.
La mucha basura que, tras la elección de David Collado –llevado como candidato del Partido Revolucionario Moderno y con el respaldo del Partido Reformista Social Cristiano- como alcalde del Distrito Nacional, sigue sin parar en sectores de la capital, especialmente en barrios muy pobres de la parte alta. He visto muy activo a Collado. Ha celebrado reuniones con funcionarios del gobierno y hasta visitó al jefe de Estado.
No critico esas reuniones. Porque constituyen una moderna iniciativa del nuevo jefe del Distrito Nacional con la que demuestra que no quiere pasar a la historia como un alcalde “maniquí”.
Observo que Collado quiere que lo recuerden como un alcalde dinámico y demostrar, en la práctica, que tiene capacidad para poner en ejecución -en positivo- las promesas hechas en campaña en beneficio de los munícipes capitalinos.
Al terrible problema basural, que no sólo ataca a Santo Domingo, sino a todo el territorio del país, hay que salirle al paso sin más dilación.
Recuerdo un importante documento, publicado a mediados del 2015, por la Unidad de Gobierno Local del Observatorio Político Dominicano (OPD-Funglode).
El documento precisaba que “se ha realizado una extensa investigación sobre el manejo de los desechos sólidos que generó un informe que da a conocer la gestión de las alcaldías y el papel de los ciudadanos en torno a la disposición de los residuos sólidos, así como su proceso y destino final en República Dominicana”.
También el informe, que considero de acentuada trascendencia en función de la higiene dominicana, subrayaba que “se pretende, además, dar una mirada a la gestión diaria de recogida y disposición de los desechos acumulados en el Distrito Nacional”.
Me imagino que David Collado tiene en agenda muchos problemas por resolver, entre los que deben figurar la rotulación de cientos de calles, arreglar decenas de semáforos y buscar la solución -para siempre- del viejo caos que se observa en la “histórica” Duarte con París.
Pero, en el orden de prioridades, la alcaldía del Distrito Nacional debe dar por erradicado para siempre, el viejo y grave problema de la basura.
