Muy cierto es que el presidente electo estará batallando hasta más allá del 16 de agosto venidero con toda esa camada de busca-puestos que no parece decidida a abandonar sus propósitos de “enganchar” y/o seguir en el futuro gobierno. El Titán de Bronce ha dicho repetidamente que se ha preparado para gobernar, y no lo dudo, pero el oportunismo, el lambonismo, el limpiasaquismo y la búsqueda también han preparado a mucha gente para “buscársela” como sea. No sé si será cierto, pero corre de boca en boca la anécdota de cierta persona que al no poder acceder hasta donde estaba despachando Danilo Medina, “se quilló” de mala manera y en voz alta reclamó que “después que yo aporté tanto dinero para esta causa, ahora no es posible que no pueda ver al presidente electo”. Dicen que era tal la alharaca y la bulla, que el Titán de Bronce preguntó qué pasaba, y cuando le dijeron que acontecía, envió a uno de sus mejores hombres a investigar el monto de los aportes del resabioso, tras lo cual instruyó para que le devolvieran su dinero. No sé si eso será del todo cierto, pero de serlo, es una señal que muchos deben tomar y descifrar. El hombre no es nada fácil…
Miguelón
El grandote de Miguel Mejía sigue demostrando que es un hombre de relaciones… y de recursos. En una nueva gira por varios países asiáticos, regidos por regímenes comunistas de cuyos líderes-dirigentes es más que camarada, me dicen que Miguelón ha hecho galas de tremendo casi coanfitrión. Algunos que nunca habían viajado con el jefe del Movimiento Izquierda Unida están sorprendidos y se han quedado boquiabiertos con el empuje demostrado por Mejía entre sus camaradas de por allá. Y así como hace de abre-puertas de muchos despachos importantes por el sudeste de Asia, también lo hace en Caracas, donde su carnal Hugo Chávez lo distingue y aprecia. Pese a todo, Miguelón es de la happy left, más bien de la izquierda light, que gusta del ejercicio del poder en democracia. ¡¿Qué cosa? ¿Eeeh…?!
