Ben-Hur

4 adaptaciones a una obra literaria, y con esta 5. El más recordado es el clásico del 1959, protagonizado por Charlton Heston y dirigido por William Wyler (con 11 Óscar). Las otras 3 adaptaciones (de Una Historia de los Tiempos de Cristo, 1880,…

4 adaptaciones a una obra literaria, y con esta 5. El más recordado es el clásico del 1959, protagonizado por Charlton Heston y dirigido por William Wyler (con 11 Óscar). Las otras 3 adaptaciones (de Una Historia de los Tiempos de Cristo, 1880, de Lew Wallace) son un cortometraje de 1907 titulado Ben Hur, un largometraje de 1925; y en el 2010 una miniserie. Vistas todas, ésta disloca con unas tramas inverosímiles, aunque más apegada a la del libro. La historia cuenta que el noble Judá Ben Hur (Jack Huston), un contemporáneo de Jesucristo (Rodrigo Santoro, brasileiro) a quien desoye en sus prédicas, entonces ese Hur es abusivamente acusado de traición y condenado a la esclavitud. Él sobrevive a la servidumbre del tiempo y descubre que le ha engañado su propio hermano de crianza, Messala (Toby Kebbell). A partir de entonces va en búsqueda de venganza. Y esa primicia, la de ser una historia de venganza, es el enganche del filme, que se trastoca con el tema del perdón.

Dirigida por un ruso, jamás logra pegarse a la de Wyler, por tanto apenas sirve para espectáculo visual en 3D o Imax y no como buen cine. Su intención comercial es dirigida a un público joven (con escenas de acción muy al estilo vídeo-clip) y a público de fe cristiana, con pila de lecciones de moral. Es de esos blockbuster religiosos que vienen produciéndose desde hace una década atrás del filón de público –suponen los grandes estudios y las salas comerciales de cine- de fe que acude a los cines comerciales. Pues bien, de este filme solo se puede sacar a Morgan Freeman como algo interesante en su rol de africano, que es bastante enérgico. Las clásicas corridas de carrozas a caballo resultan monótonas y mediocres si son comparadas con las dirigidas por Wyler. Hechas de manera espectaculares gracias al digital, esas corridas resultan menos impactantes y, francamente, uno no sabe a qué se debe si están tan bien tramadas muy al estilo de esas desgracias que llaman cine, como las tales Rápidos y Furiosos. Entonces, este filme apenas responde a la onda de remakes y reboots del negocio del cine, hecho con más intención de traicionar vendiendo gato por liebre que de brindar un producto. Muy a pesar de que esa historia de venganza y perdón es un filón como tema. 

HH 123 minutos

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