Bosch y las dos fracturas de la sociedad dominicana

La Composición Social Dominicana es el tipo de libro al que frecuentemente regresamos, debido a la brillantez interpretativa de nuestra historia por parte de Bosch. Referente a la pobreza, Bosch adelanta tres ideas fundamentales. En primer lugar,…

La Composición Social Dominicana es el tipo de libro al que frecuentemente regresamos, debido a la brillantez interpretativa de nuestra historia por parte de Bosch. Referente a la pobreza, Bosch adelanta tres ideas fundamentales. En primer lugar, señala la continuidad de esta condición a través de nuestra historia, pues “una (mayoría) de los dominicanos… viviría … siglo tras siglo sin superar el nivel de miseria, incultura y degradación social a que se llegó en el siglo XVII…” En segundo lugar, Bosch añadió que “… (aquella) miseria había igualado a todo el mundo,” y había ayudado a definir rasgos importantes de la identidad dominicana. Siendo así y en tercer lugar, “debió ser entonces cuando se formó lo que podríamos llamar la democracia racial en el trato, rasgo importante de la mentalidad dominicana”.

Tal como Bosch anticipó, muchos dominicanos continúan sumidos en la pobreza, que actualmente es la causa de una creciente desigualdad social, a diferencia de la pobreza de siglos anteriores que igualó a todos. De acuerdo a la reputada revista inglesa The Economist, somos uno de “los pocos países latinoamericanos donde la distribución del ingreso se ha tornado más desigual en la última década”. Siendo así, un 50 por ciento de los dominicanos apenas poseen un 20% del ingreso del país. Resulta relevante señalar que hemos cedido cientos de miles de puestos de trabajo a inmigrantes empobrecidos, lo que equivale a una transferencia de ingresos de pobres dominicanos a pobres haitianos.
Adicionalmente, el poder de compra de los salarios de los trabajadores menos calificados han bajado en un 27% en 10 años, lo que equivale a una transferencia de ingresos de dominicanos pobres a dominicanos pudientes. Esta resultante desigualdad, que Bosch desaprobaría, ha creado una creciente fractura horizontal entre las clases más pudientes y los dominicanos más vulnerables, quienes están siendo arropados por la pobreza de nuestros vecinos.

En adición, la sociedad dominicana está bajo presión internacional para dotar de la nacionalidad a una cantidad tan importante de inmigrantes, que fracturaría la unidad e identidad que este pueblo lentamente construyó a través de su historia. Aun más, esta fractura étnica o vertical ocurrirá dotemos o no dotemos de la nacionalidad a esta masa creciente de inmigrantes, si no detenemos y revertimos esta inmigración. Su presencia masiva en nuestro territorio la producirá. La presente crisis de Ucrania, y la interminable guerra civil Siria demuestran que la fragmentación étnica es causa de inestabilidad social que pone en peligro la integridad nacional y territorial, acentuada por la intervención de poderes externos, que favorecen a unos u otros bandos domésticos, algo que Bosch reprobaría, pues planteó la primacía de la independencia nacional.
Tenemos tiempo para reaccionar, si todos nos ponemos a la altura moral de Bosch, cuya figura histórica crecerá cada día y con razón.

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