Cartas ambientales sobre Valle Nuevo

La pasada semana, el exdirector forestal, Ing. Francisco Amaro Guzmán, publicó una memorable carta donde por primera vez da a conocer los detalles de aquella operación de demolición donde, por instrucciones del presidente ambientalista Joaquín…

La pasada semana, el exdirector forestal, Ing. Francisco Amaro Guzmán, publicó una memorable carta donde por primera vez da a conocer los detalles de aquella operación de demolición donde, por instrucciones del presidente ambientalista Joaquín Balaguer, en 1994 desalojó legalmente a toda la gente que estaba invadiendo el Parque Nacional de Valle Nuevo, y la verdad es que la carta llegó a la prensa en el mismo momento en que llegaba a nuestro correo electrónico otra carta de un exdirector de Áreas Protegidas del Ministerio de Ambiente, donde se nos critica por invocar el cumplimiento de la Ley de Áreas Protegidas 202-04 y reclamar el desalojo de toda la gente que hoy ocupa a Valle Nuevo.

Pero mientras la carta de Amaro es una joya para la historia ambiental nacional, la otra carta enviada a nosotros contiene imprecisiones inaceptables en un funcionario que ha estado a cargo de las áreas protegidas, pues nos dice que nuestro artículo titulado “Destruyendo a Valle Nuevo” menciona erróneamente que Francisco Amaro Guzmán era director general forestal cuando fue a sacar a la gente de Valle Nuevo, pues según él Francisco Amaro Guzmán era director general de Parques cuando en octubre de 1994 fue a Valle Nuevo a destruir construcciones por instrucciones de Balaguer, desconociendo que el Decreto No. 315-94, emitido el 11 de octubre de 1994 por el presidente Joaquín Balaguer, decía: “Se designa al coronel Julio Bienvenido Grullón Méndez, E.N., como director general de Foresta, en sustitución del Ing. Arq. Miguel Francisco Amaro Guzmán”.

La carta dirigida a nosotros dice que aquella medida de Balaguer no perseguía resolver el problema de Valle Nuevo porque Balaguer destituyó a Amaro mientras desde el mismo Valle Nuevo daba declaraciones a la prensa sobre los desalojos que acababa de realizar, y si bien es cierto que Balaguer le destituyó en ese momento, luego le nombró secretario de Estado de Obras Públicas, y el mensaje quedó claro en el sentido de que Balaguer había premiado su valiente acción nombrándole luego en el más importante cargo de un Gobierno constructor, es decir, la idea no era destituirlo de la Dirección Forestal, sino ascenderlo a secretario de Estado de Obras Públicas.

La carta que recibimos dice que quien escribe este artículo defendió la presa de Pinalito no obstante estar dentro del Parque Nacional de Valle Nuevo, pero el hecho de que un funcionario a cargo de las áreas protegidas escriba que la presa de Pinalito está dentro del área protegida de Valle Nuevo demuestra desconocimiento de los límites del parque, ya que esa presa está al este de Tireo y al noreste de Constanza, y el límite norte del parque está al sur de la Colonia Japonesa que está ubicada al sur de Constanza. Simples coordenadas UTM WGS84.

También nos dice que las presas son incompatibles con áreas protegidas y con planes de manejo de parques nacionales, porque, supuestamente, destruyen hábitats ecológicos, lo cual es un fundamentalismo absurdo, ya que las presas almacenan agua para consumo humano, al igual que el tinaco y la cisterna que tiene en su casa cada ambientalista y cada ciudadano, porque diariamente consumimos entre 200 y 400 litros de agua, parte de la cual es indispensable para hidratarnos y poder vivir, y debíamos saber que la mayor parte de esa agua viene de las presas, y si el país no tuviese 34 presas que almacenan 2,500 millones de metros cúbicos de agua, la República Dominicana hubiese estado en medio de la peor crisis política, social y ambiental en los años 2014 y 2015 cuando la región del Caribe estaba azotada por una larga y aguda sequía fruto del Cambio Climático, y todo ambientalista debía saber que las áreas protegidas buscan proteger recursos naturales para el bienestar de la gente, y que no hay un recurso natural más importante y valioso para la gente que el agua de lluvia, la cual, si no se represa cuando llueve intensamente, se pierde en el mar y la gente podría morir de sed, y quien esté en contra de las presas está en contra de la vida humana, siendo contradictorio haber permitido la destrucción del parque nacional de Valle Nuevo, que produce gran parte del agua del país, cuando usted era responsable de cuidar los parques nacionales, y al mismo tiempo estar en contra de las presas que se construyen con fondos de la nación para almacenar agua para la población.

De ahí que la carta publicada por Francisco Amaro Guzmán debía ser leída por todos los ambientalistas, pero sobre todo, debe ser leída detenidamente por quienes en el pasado han dirigido el departamento de Áreas Protegidas del Ministerio de Medio Ambiente y desde ese cargo no hicieron esfuerzos para desalojar a los agricultores de Valle Nuevo, mientras Danilo Medina y Francisco Domínguez Brito están dando señales de que este será un cuatrienio de compromiso ambiental con el agua, ya que después que Danilo vio el desastre de Valle Nuevo, desastre que afecta a las cabeceras de importantes ríos, se ha dado 120 días para que todos los agricultores salgan de ese protegido lugar, y quien no cumplió su papel ambiental de cuidar ese valiosísimo parque nacional, no debe molestarse porque otros lo hagan en su lugar. l

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