Si no fuese por los Cavaliers de Cleveland y, tal vez, por los Hawks de Atlanta hubiese dado sin miramientos a un equipo del Oeste para ser el campeón de la temporada 2015-16 en la NBA.
Es que esa conferencia está más salvaje que nunca. Decir que a equipos como los Mavericks de Dallas, los Lakers de Los Ángeles y hasta a los Trailblazers de Portland se les hará muy cuesta arriba obtener la clasificación a los playoffs son palabras mayores.
Aunque suene un poco precipitado, no creo, a pesar de los movimientos que realizaron en la temporada muerta, que esos equipos terminen entre los primeros ocho en la Conferencia Oeste.
Puedo citar ocho o tal vez nueve franquicias que, entiendo, concluirán con mejor récord que esos conjuntos, lo que me deja claro que esa conferencia estará como de costumbre, muy competitiva.
Los campeones Warriors de Golden State, los Spurs de San Antonio, los Clippers de Los Ángeles, los Rockets de Houston, los Grizzlies de Memphis, el Thunder de Oklahoma, los Pelicans de New Orleans y hasta el propio Jazz de Utah, a mi juicio, están llamados a llenar los ocho puestos.
De esos, San Antonio, Golden State y los Clippers tienen la madera para ser el campeón de la liga este año. No puedo olvidar a los Rockets ni tampoco a Oklahoma, pero entre ellos esos cinco, me gustan los primeros tres.
En la Conferencia Este las cosas son muy distintas. Solo veo a los Cavaliers y a los Hawks con ribetes de equipos de campeonato. Los Bulls de Chicago tienen el personal, pero no sé qué tan rápido se adaptará su nuevo dirigente, Fred Hoiberg.
Espero, incluso, una mejor temporada regular a nivel de ganados y perdidos para los Wizards de Washington.
Obviamente voy a mirar desde otra óptica a los equipos cuando hayan jugado 82 partidos de la regular y arranquen los playoffs, pero es así como lo veo en estos momentos, a pesar, insisto, de que todo puede cambiar de cara a la postemporada. Es que uno nunca sabe cuándo llegarán las lesiones, un factor que es parte del juego y que pesa bastante a la hora de analizar.
