«En nuestra presidencia queremos parar las importaciones de petróleo de Rusia», dijo Lipavský en la rueda de prensa tras una reunión en el castillo de Stirin, cerca de Praga, con sus homólogos de Hungría, Eslovenia, Austria y Eslovaquia.
«Europa y todo el mundo se enfrenta a unas guerra sin precedentes», afirmó el político checo del progresista Partido Pirata, una de la razones con la que justificó la medida económica para sancionar a Moscú, al que denunció como responsable del «ataque al orden internacional».
La agenda de los ministros del Central 5 (C5), como se denomina esta plataforma informal de países centroeuropeos, estuvo dominada por el conflicto en Ucrania, si bien también se abordó la situación de la pandemia, en clara recesión en estos países centroeuropeos, y la inminente presidencia checa de los Veintisiete.
La guerra de Ucrania y los cuatro millones de personas que salieron del país para huir de la guerra, así como la reconstrucción el país, van a marcar las prioridades de la presidencia checa en el segundo semestre del año.
La República Checa ha acogido ya a más de 300.000 personas de Ucrania, la mitad de los cuales son menores, y ha conseguido escolarizar a unos 30.000.
Además de la gestión de los refugiados, Praga va a centrar su presidencia, según Lipavský, en reducir la dependencia energética de Rusia y en temas de seguridad, entre ellos, frenar las amenazas híbridas, unido al apoyo a la libertad de los medios de comunicación.
Lipavský abogó también por la creación de un fondo posbélico para la reconstrucción de Ucrania, lo que va a requerir una «conferencia de donantes».
El ministro austríaco de Exteriores, Alexander Schallenberg, destacó por su parte que la agresión rusa a Ucrania «toca nuestra seguridad y toda la arquitectura de seguridad de la UE».EFE
