Desde hace buen tiempo un pequeño grupo empezó a reunirse en casa del pintor Alberto Bass. Las conversaciones han sido desde el inicio sobre arte. Así, se comentaba lo mismo sobre arquitectura que de cine, de literatura que de escultura,… y, cuando llegábamos a la pintura, casi siempre Alberto Bass hacía una pausa para mostrarnos lo último que había hecho.

Poco a poco fuimos disfrutando de los cuadros que había logrado realizar que si bien citamos en nuestra pasada entrega. Entonces, como el fin último era exponer los cuadros en un gran salón con fines más que todo didácticos, qué mejor lugar que la Galería Nacional de Bellas Artes.

Sin embargo, el conjunto de piezas que integran la muestra “De Bass en homenaje a maestros universales” no pudo encontrar mejor escenario que el del Colegio Dominicano de Artistas Plásticos (CODAP), donde además de las piezas que citamos en nuestra pasada entrega, se exhiben piezas como “Un bar aux Folies-Bergére”, correspondiente al impresionismo temprano que inauguró el artista Édouard Manet, una pieza rica en detalles, en la que se impone la figura femenina.

Del impresionismo, nos llega asimismo la pieza “Mujer con sombrilla” del artista Claude Monet, sencillamente imponente. Obra en la que los azules roban la mirada y nos hacen penetrar en el cuadro para  deleitarnos con el paisaje que se asume en el infinito.

 Otro tanto ocurre con la pieza “Raspadores de piso”, del artista Gustave Caillebotte, también correspondiente al estilo impresionista, lo que ofrece una panorámica distinta a lo acostumbrado por los representantes de este movimiento, pues se percibe un ambiente en el que contrasta la elegancia del ambiente con el trabajo de los obreros, lo que se combina de forma armónica destacando cada elemento en el conjunto, siendo la capacidad de detalle lo que realza el contexto en sí.

Cerrando un poco las Vanguardias Europeas, Bass nos presenta un dos por tres por así decirlo. “Los valores personales”, del artista René Magritte, y, por otro lado, de Salvador Dalí las piezas “San Juan de la Cruz” y el “Cristo Hiperbólico”. En el conjunto se mezclan costumbres e ideologías.

Asistir a las clases de historia del arte, representaba un encuentro con un conjunto de elementos que las más de las veces nos dejaban en un éxtasis profundo, poder conocer de las pinturas rupestres, especialmente a través de las cuevas de Altamira y Lascaux era como poder penetrar en el mundo de quienes empezaron a registrar la historia de la humanidad.

Más adelante, al estudiar sobre los períodos antiguos entre Mesopotamia, Egipto, Creta Micena, Grecia y Roma, empezamos a reconocer la grandeza de la creación humana.

Así fue transcurriendo el tiempo entre el Románico y el Gótico y más tarde el Renacimiento, del que recordamos “Santa Ana, la virgen y el niño”, pieza realizada por Leonardo Da Vinci y que el artista visual dominicano Alberto Bass ha logrado recrear para deleite y conocimiento de todos los que podamos darnos cita al Colegio Dominicano de Artistas Plásticos, donde el pasado miércoles se inauguró la muestra “De Bass en homenaje a maestros universales”.

En el conjunto se registran además piezas del clasicismo renacentista. Un ejemplo de ello es el “Retrato de un hombre” realizado por Tiziano. Asimismo, nos encontramos con la sencilla y bien lograda composición de Diego Velázquez “Señora friendo huevos”, correspondiente al barroco español. Mientras que del barroco holandés, se presentan piezas de Jan Davisz de Heen y del Johannes Vermeer. Del primero está la pieza “Naturaleza muerta con langosta” y, del segundo, “Artista en su estudio”, “Joven con jarra de agua” y “La lechera”.

La propia muestra indica un giro a Francia, siendo París uno de los espacios de mayor interés en la historia del arte moderno, de ahí el retrato de la “Princesa Pauline-Élionore de Broglie” de la autoría de Jean-Auguste-Dominique Ingres, correspondiente al romanticismo y, bajo este mismo estilo se impone Eugéne Delacroix, primero con “Mujeres de Argel en sus habitaciones” y, más adelante, con una de las obras más emblemáticas dentro de su producción visual, “La libertad guiando el pueblo”.  Del realismo francés se registra la pieza “Buenos días señor Courbet” en la que Gustave Courbet se representa de forma autocomplaciente. Continuará.