El que se duerme con facilidad durante el día es porque tiene deuda acumulada de sueño que puede ser debido a irregularidad en el hábito del sueño o por alguna perturbación importante como la que hemos estado tratando: la Apnea Obstructiva del Sueño. Conducir un vehículo de motor en un trayecto importante, sobre todo en carretera, en estas condiciones, representa un riesgo significativo. Si a esto se agrega el consumo de alcohol el riesgo es aún mayor.
Aunque sabemos con absoluta certeza que los conductores que ingieren alcohol tienen más accidentes que los sobrios, es igualmente cierto que los conductores con privación de sueño tienen más accidentes que los que están bien descansados y han dormido bien.
La combinación del uso de alcohol, uno o dos tragos, con historia de apnea severa del sueño, aumenta 5 veces el riesgo de accidente, comparado con una persona sana que ingiere esa misma cantidad, porque responde con indiferencia ante cualquier dificultad. Cuando un choque se atribuye al alcohol, el verdadero culpable, o por lo menos el cómplice, es la privación de sueño. Aún una pequeña cantidad de alcohol, con una deuda prolongada de sueño, puede crear una “fatal fatiga”.
La sociedad debe acabar de reconocer, una vez por todas, que manejar bajo los efectos del alcohol, aun en cantidad mínima, es inaceptable, porque representa un riesgo para la vida del conductor y de los otros.
