Comisión de investigación del Senado

Esta semana, la comisión del Senado de la República que investiga a Félix Bautista, ha seguido convocando a ciudadanos para que presenten pruebas en torno a las acusaciones que se le han hecho a este legislador. En muchos sectores existe un profundo&#8

Esta semana, la comisión del Senado de la República que investiga a Félix Bautista, ha seguido convocando a ciudadanos para que presenten pruebas en torno a las acusaciones que se le han hecho a este legislador. En muchos sectores existe un profundo escepticismo sobre la voluntad real e imparcialidad de esta comisión, para llevar a cabo una investigación independiente. Más allá de las personas que conforman la comisión, carece de credibilidad una investigación cuyo escenario ha sido escogido por el propio investigado y que la misma esté siendo realizada por sus pares en el Congreso o por subalternos en el partido. Aquí hay claramente un serio conflicto de interés.

Una comisión de esta naturaleza en representación del Senado, debería estar empleando su tiempo de manera más provechosa. El Senado y sus comisiones deberían estar desarrollando acciones que vayan en beneficio de sus representados, quienes les delegaron el poder de manera temporal. Se anhela ver a los legisladores ocupados en la interpelación de aquellos servidores públicos, tanto del gobierno central como de las municipalidades, que no cumplen con su rol de ofrecer servicios de calidad a la ciudadanía.

En vez de estar entretenidos en acciones que no conducen a ningún lado, senadores y diputados deberían estar investigando las razones del porqué mueren tantos dominicanos por enfermedades que han sido superadas en países similares al nuestro o por qué la salud sigue siendo un negocio en el país. Se desea ver a un congreso dedicado a determinar por qué no se reduce la pobreza en nuestras provincias, por qué se deteriora la seguridad ciudadana o por qué persisten problemas fundamentales que tienen décadas sin resolverse.

Todo esto pasa, frente a un Estado, cuyos actores, incluyendo al Congreso Nacional, prefieren paliativos como respuestas. Esto se hace, promoviendo acciones clientelares que procuran ganar el favor de los abandonados por el propio Estado.

No me explico con qué propósito se está dedicando tiempo y recursos a una investigación de esta naturaleza. Más allá de la integridad moral del senador Bautista, está en juego la confianza y credibilidad de una institución tan importante para la democracia dominicana como el Senado de la República.

Los miembros de esta comisión deben hacer todo el esfuerzo que esté a su alcance para preservar la imagen del Congreso. La mejor forma de hacerlo, es pedirle al pleno del Senado que quite la inmunidad parlamentaria al senador acusado, para que sea el sistema judicial, quien determine si es culpable o no de estas acusaciones.

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