Aunque desde el mes de noviembre de 2009, cuando fue aprobada la enmienda al contrato minero de la Barrick Gold, advertimos que dicha enmienda le quitaba al país los beneficios económicos acordados en el contrato firmado en el año 2001, que a los precios actuales representan cerca de US$22 mil millones, y aunque el país fue tomando conocimiento de que esta nueva versión del contrato era perjudicial para el pueblo dominicano, fue a partir del discurso pronunciado por el presidente Danilo Medina, ante la Asamblea Nacional, el 27 de febrero, cuando el contrato Barrick pasó a ocupar el primer lugar de la agenda política nacional.
La vehemencia con la que Danilo Medina se refirió al nuevo contrato minero que transfiere a la Barrick los US$22 mil millones de beneficios que legítimamente le corresponden al pueblo dominicano, y su inesperado calificativo de contrato inaceptable, de inmediato unió a todo el pueblo dominicano a su alrededor, pero dividió al Partido de la Liberación Dominicana, pues fue Leonel Fernández quien en el año 2009 promovió, firmó y solicitó a los legisladores aprobar esta enmienda contractual.
Fue Leonel Fernández quien en su condición de presidente constitucional, salió a defender el contrato Barrick cuando dijimos públicamente que era una gran estafa contra el pueblo dominicano, llegando a decir Leonel que ese contrato era un modelo digno de imitar en la industria minera, lo que en su momento calificamos como risible, pues toda persona mínimamente entendida en minería sabe bien que ese contrato fue hecho deliberadamente para que el país nunca reciba nada más que el 3.2% del Retorno Neto de Fundición.
Advertimos y escribimos, desde el mismo año 2009, que el contrato estaba diseñado para que la Barrick se mantuviera inflando “en papeles” su inversión y sus costos operacionales, y así ha sido, pues de una inversión original de US$700 millones, la Barrick subió a US$1,500 millones, luego en el contrato aprobado subió a US$2,585 millones, y hoy Barrick habla de que ha invertido US$4,200 millones.
Igualmente, de un costo operacional real cercano a los US$275 por onza de oro extraída, ya Barrick habla de un costo inflado de US$650 por onza de oro extraída, de forma tal que nunca se recupere la inversión ni se obtenga una tasa de retorno de 10%, y no vamos a citar el reciente escandaloso intento de exportar el oro hacia Canadá con un manifiesto que consignaba su origen en Estados Unidos.
Y es ahí donde Danilo Medina, luego de leer detenidamente el nuevo contrato firmado por Leonel Fernández, y luego de leer los análisis técnicos al respecto, llegó a la conclusión de que ese contrato es inaceptable, y aunque al día siguiente Leonel anunció su apoyo a la posición asumida por el presidente Medina, la realidad es que Leonel se siente desautorizado públicamente por Danilo, y discretamente ha iniciado una feroz campaña para debilitar la posición asumida por su compañero de partido frente al contrato Barrick, campaña que ha incluido una encuesta de “Nuevo Enlace” donde se le advierte a Danilo tener cuidado con ese contrato.
Muchos dominicanos saben que “Nuevo Enlace” no representa los intereses de Danilo y del país, sino los intereses de Leonel y Barrick, y no fue casual que la encuesta se desviara desde Cotuí hacia Bonao para intentar esquivar el peaje minero.
En estos momentos los efectos del contrato Barrick son muy claros, al unir a Danilo y al pueblo dominicano, y dividir al PLD.
