Cuidado con el consumo de alcohol y los adolescentes

Probablemente, diciembre es el mes en el que más fiestas se realizan, pues la gente está en “bonche”. Además de la cena del 24 y la gran fiesta del 31 de diciembre, este es el mes en el que siempre se busca un motivo para organizar encuentros&#8230

Probablemente, diciembre es el mes en el que más fiestas se realizan, pues la gente está en “bonche”. Además de la cena del 24 y la gran fiesta del 31 de diciembre, este es el mes en el que siempre se busca un motivo para organizar encuentros entre amigos y familiares. Por tal razón, no es de extrañarse que el consumo de bebidas alcohólicas se incremente.

Esta situación trae como consecuencia un gran número de intoxicaciones y accidentes automovilísticos, así como disputas y riñas incitadas por el descontrol que provoca el estado de embriaguez. Estos hechos solo “manchan” el mes se celebra el nacimiento del niño Jesús y la unión familiar.

Por ello, se recomienda ingerir alimentos antes de bebidas alcohólicas, ya que la comida disminuye la ansiedad de tomar y, si se llega al estado de ebriedad, evitar seguir bebiendo y esperar a que pasen los efectos. Aunque en muchos casos esto no da los resultados esperados.

Un problema grave

A esto se suma, que durante estas fechas, por un asunto de “estar en can”, son muchos los niños y pre adolescentes que se inician en este hábito.

“La mayoría de las veces el hecho de que los jóvenes consuman bebidas alcohólicas responde a una presión social. En algunas, ocasiones podemos ver que se trata de una rebeldía a las normas del hogar, esto cuando no se han internalizado las reglas adecuadamente, pero realmente la presión de grupo es un factor primordial en este tipo de conductas”, comenta Clarissa Guerrero, especialista en Terapia Infanto-Juvenil.

Según datos del Consejo Nacional de Drogas, CND, y la Asociación Probienestar de la Familia, Profamilia, el 75% de los que toman alcohol inició cuando eran adolescentes, del cual 8.6% eran menores de 13 años de edad. Cifras que se consideran alarmantes, ya que esto podría traer graves consecuencias en el individuo en su vida adulta. Por ejemplo, según estudios, el consumo de alcohol en niños y adolescentes afecta la memoria, el aprendizaje y altera el estado de ánimo.

Para Guerrero, los  adolescentes se caracterizan por sus actitudes de omnipotencia y es al adulto que, desde la infancia, le toca poner los límites de manera adecuada. Pero aclara que esto debe hacerse con amor y mucha paciencia.

“Consumir alcohol a edades tempranas aumenta el riesgo de caer en una adicción y puede ser causante de la disminución de funciones mentales y motoras en un futuro. Es importante que los jóvenes entiendan que el consumo de alcohol posee implicaciones legales, no se trata de un tema de moda o aceptación, sino más bien seguridad personal”, agrega.

¿Qué hacer?

Si un padre se enfrenta a esta realidad es importante trabajar en base a la comunicación y las consecuencias. Es importante que el adulto mantenga la calma. Las peleas y los reclamos no educan, recomienda Guerrero.

“Un hijo con necesidad de aceptación grupal extrema y que se expone a estas situaciones en edades muy tempranas está haciendo un llamado de atención que los padres deben indagar de una manera más profunda”, destaca la experta.

Otros factores que influyen para que los jóvenes consuman alcohol es que buscan imitar a los adultos y las propuestas que ven a través de los medios de comunicación. Para manejar esto, Guerrero aconseja a los padres que al hablar sobre el tema con sus hijos, lo hagan en base a consecuencias de tomar alcohol y establecerles reglas claras en el hogar, atendiendo a la escala de valores de cada familia.

Los adolescentes muchas veces creen que tomar alcohol es algo “cool”. Pero una buena forma de hablarles con claridad es mostrarles los efectos de la embriaguez, la cual se manifiesta en la resaca, acompañada de dificultad para dormir, malestares digestivos, náuseas y dolores de cabeza.

“Es importante que los padres no pasen por alto este comportamiento de sus hijos adolescentes, ya que puede convertirse en un patrón de alto riesgo”, destaca.

Tomar alcohol trae sus consecuencias

El crear espacios de comunicación con los niños y jóvenes es fundamental para la prevención de estas conductas, por lo que se debe tomar el tema muy en serio, ya que los jóvenes pueden iniciar como un juego de experimentación e ir pasando de un patrón de riesgo a otro, poniendo en peligro sus vidas y la de los demás.  “El joven, por su naturaleza, intentará salir de las normas establecidas.

Sin embargo, en hogares donde las figuras paternas que representan la ley se visualizan como amorosas y justas las conductas de riesgo, como lo es el consumo de alcohol a temprana edad, se ven reducidas en gran medida”, dice Guerrero.

Los jóvenes que consumen alcohol pueden desarrollar problemas de adicción en etapas posteriores de sus vidas. Por tanto, es responsabilidad de los padres prevenir esta situación. En estos días de fiesta, eviten que sus hijos inicien este hábito considerado para adultos, prolonguen su niñez y dejen que vivan cada etapa de su vida.

13 años
Es la edad promedio en que la población dominicana tiene su primer contacto con el alcohol, según Salud Pública.

Consejo
Evita riesgos innecesarios, planea tus festejos sanamente y sin consecuencias fatales.

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