Dañina ignorancia sobre el turismo

Acerca del turismo se escriben y dicen cosas divorciadas de la realidad o que revelan un dañino desconocimiento, que no contribuye a que la…

Acerca del turismo se escriben y dicen cosas divorciadas de la realidad o que revelan un dañino desconocimiento, que no contribuye a que la sociedad aproveche mejor las bondades del sector y deje de combatir molinos de viento y se centre en los verdaderos problemas.

Esta semana, la agencia de noticias Prensa Asociada (AP) difundió un reportaje sobre el limitado impacto económico del negocio de cruceros en las comunidades cercanas a los puertos, e incluyó una opinión de Víctor Bulmer, profesor de la Universidad Londres.

Dice Bulmer, citado por AP, que “en los hoteles del Caribe con todo incluido es normal que apenas el 20% de los ingresos lleguen a la economía local, en el caso de los cruceros es mucho menos. Tal vez no más de 5%”. Este académico es presentado en la nota periodística como experto en economías del Caribe.
No tengo suficiente información para evaluar el resto de las economías de las islas vecinas y el fenómeno regional, pero en el caso dominicano no es así. Citaré algunos datos, a la espera de que el Ministerio de Turismo y Asonahores, partes interesadas, aporten más luz.

En el informe elaborado este año sobre la fiscalidad del turismo por la firma consultora EcoCaribe, reputados profesionales con conocimiento, expertos de la economía dominicana, muestra que el 23% de los ingresos generados por la industria turística queda en manos del Estado. Este informe, al analizar el comportamiento fiscal del año 2010, estima que el turismo generó al fisco más de RD$35 mil millones.

Otra cifra interesante, muestra que el consumo de productos agroindustriales en los hoteles sumó RD$18,400 millones en el 2010, de los cuales más de RD$16,900 millones (el 91.8%) es de origen local. Esta cantidad representa el 11% del consumo turístico total de ese año estimado en RD$154,900 millones. Los dos datos citados bastan para asegurar que la afirmación de Bulmer no es aplicable al caso dominicano.

Otro ejemplo -más preocupante aún de enfoques errados- es la afirmación de mi amigo Temístocles Montás de que la propuesta de aumento de impuestos (no reforma fiscal) no toca al turismo porque se mantendrán los incentivos fiscales a la inversión.

No es así, y cito sólo tres casos: 1) El paquete provocará un incremento de los precios en toda la economía y esto llega al turismo; 2) El aumento al impuesto selectivo a las bebidas y otros productos considerados suntuarios impacta automáticamente el costo del producto turístico. Las bebidas representan entre el 8% y 12% del costo del paquete todo incluido; y 3) El impuesto del 1% al valor de la propiedad. Cualquier propiedad hotelera y turística vale cientos de millones de pesos.

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