El dedo del FMI

El directorio ejecutivo del FMI reveló las conclusiones de la consulta sobre el estado de la economía dominicana. El fondo encontró algunas cosas positivas y recomienda enmendar otras. Elogia el programa fiscal para mejorar las recaudaciones,…

El directorio ejecutivo del FMI reveló las conclusiones de la consulta sobre el estado de la economía dominicana. El fondo encontró algunas cosas positivas y recomienda enmendar otras.

Elogia el programa fiscal para mejorar las recaudaciones, el control del gasto y el incremento de la inversión en educación. El fondo también alaba el desempeño del sector financiero, su alto nivel de capitalización y los sólidos indicadores prudenciales.

Alienta a dar seguimiento del rápido aumento de las tenencias de deuda pública de los bancos y de los riesgos asociados con mecanismos especiales de financiamiento, al mismo tiempo que celebra los esfuerzos desplegados por las autoridades para reforzar el marco de regulación y supervisión del sector financiero. Recomienda priorizar la recapitalización  del Banco Central para afianzar la credibilidad de la política monetaria.

El FMI advierte a las autoridades sobre las perspectivas de riesgos a la baja derivados de la persistente incertidumbre mundial y las vulnerabilidades internas y externas.

Insta a implementar políticas macroeconómicas sólidas y reformas estructurales para corregir los desequilibrios fiscales y externos, crear margen de maniobra de política económica y estimular el crecimiento.

Todo eso podría ser muy bien, pero donde el FMI la pone dura es cuando plantea que es necesario aplicar un ajuste fiscal adicional, especialmente del lado de los ingresos, eliminando aún más exenciones tributarias, a fin de reducir la deuda pública en relación con el PIB y garantizar la sostenibilidad fiscal.

El propósito de reducir la deuda pública y las exenciones tributarias es razonable.

El problema está en quiénes cargarán con un nuevo ajuste, sobre todo en un país que acaba de imponer nuevos gravámenes sobre una amplia gama de productos de consumo esencial. Fíjese que las nuevas cargas irían sobre los ingresos.

La política de exenciones podría ser revisada, porque generalmente, los más favorecidos con ellas son quienes tienen más y producen más riquezas.

Sobre el sector eléctrico, nada nuevo sobre el sol. Los mismos remedios. Ajustar las tarifas que gravitarán sobre los consumidores. Como siempre, el FMI pone el dedo sobre la llaga de los más débiles. l

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