Desarrollo del Sur

La decisión del presidente Danilo Medina de rechazar la propuesta de “acuerdo transaccional” planteada por algunos de sus funcionarios respecto a los terrenos en Bahía de las Águilas, sin dudas es la más conveniente para el país, la que goza&#823

La decisión del presidente Danilo Medina de rechazar la propuesta de “acuerdo transaccional” planteada por algunos de sus funcionarios respecto a los terrenos en Bahía de las Águilas, sin dudas es la más conveniente para el país, la que goza de mayor legitimidad y la más fiel al imperio de la ley. Es buen indicio de sus reales intenciones que el presidente Medina haya mostrado preocupación porque se pueda lesionar el interés nacional y haya garantizado la preservación de la integridad del Parque Nacional Jaragua.

Y en este sentido toca al Poder Judicial, tal como el primer mandatario de la nación encarecidamente solicitó, jugar con más eficiencia su rol de garante de la justicia y asegurar mayor celeridad en la resolución de los procesos engavetados vinculados al tema.

Sin embargo, con un problema que ha generado debates infértiles desde hace décadas y que sin dudas ha retrasado el desarrollo de la región más necesitada de la República Dominicana, sería injusto no reconocer que se necesita pensar en alternativas prácticas y efectivas para dar inicio a un plan turístico equilibrado que estimule la economía de la región suroeste y mejore la calidad de vida de sus empobrecidos habitantes.

Este ecosistema es único en el Caribe y por tanto no sólo es una riqueza nacional, sino que constituye un patrimonio de la humanidad. Sin embargo, con tantos modelos ecoturísticos exitosos en el mundo y tantos métodos nuevos para compatibilizar el turismo con el cuidado del medio ambiente debería perderse un poco el miedo a la posibilidad de desarrollo de la zona.

Incluso, la misma Academia de Ciencias del país, conformada por prestigiosos ecologistas, ha aclarado que, a pesar de que algunos sectores han querido presentarla como opuesta al desarrollo turístico del Sur, lo cierto es que si la preservación del medio ambiente y la biodiversidad tiene sentido es porque deben servir para el disfrute y bienestar del ser humano, y la mejor manera de cuidar el entorno es utilizarlo de modo responsable.

Es imprescindible ser más proactivos y profundizar en ideas de desarrollo turístico del Sur que combinen aprovechar sin degradar y explotar sin dañar. Y es claro que no deben ser aceptables mecanismos que perjudiquen el medio ambiente, pero tampoco se debe tolerar la perpetuidad de la pobreza en un área que tiene tanto potencial para dar lugar a dinamismo económico y actividades productivas que mejoren rápido la vida de un colectivo con tantas necesidades.

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