Desempeño del 2012, en proyecciones

Para el 2012 recién iniciado, las proyecciones son de un crecimiento similar al del 2011, alrededor de un 4.5%, y un comportamiento a dos velocidades, mayor en la primera mitad, que abarca el período electoral, y más ajustado en la se

Para el 2012 recién iniciado, las proyecciones son de un crecimiento similar al del 2011, alrededor de un 4.5%, y un comportamiento a dos velocidades, mayor en la primera mitad, que abarca el período electoral, y más ajustado en la segunda parte.
El recogimiento de la segunda parte podría ser mayor si el Gobierno no logra reponer a tiempo el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), lo que dificultaría el ingreso de algunas partidas de financiamiento externo contempladas en el presupuesto del año.

Existe la presunción de que el Gobierno no reactivará, en el actual proceso electoral, el pacto con el FMI, que tiene pendiente de aprobación las revisiones séptima y octava y un desembolso de unos US$500 millones.

Los agentes económicos han estado insistiendo en la conveniencia, para fines de la estabilidad macroeconómica, de continuar con el pacto, que en su concepción original debía concluir durante el mes en curso. Fue firmado en noviembre del 2009, por un monto global de US$1,700 millones.

Pero como el acuerdo tiene metas fiscales cuyo cumplimiento podrían chocar con la política de inversiones públicas ejecutada por el Gobierno, se especula que el Gobierno no desea ejecutar el presupuesto público en la actual coyuntura, bajo la rigurosidad de un acuerdo vigente con el FMI.

No hay estadísticas sobre el comportamiento de la economía en los primeros 40 días del año, aunque se percibe cierto dinamismo desde el ángulo oficial. Parece que el “patrón” continúa en aplicación.

En su último informe de política monetaria, el Banco Central dijo que los pronósticos señalan una convergencia de la inflación interanual a la meta
durante el primer trimestre de 2012.

En base a ese criterio, el BC interpretó que “aún en medio de un ciclo electoral se mantendría la estabilidad de precios y la continuidad de las políticas macroeconómicas, creando un ambiente de certidumbre que facilita la toma de decisiones de los agentes económicos privados.”

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