En los tiempos de campaña electoral, hay una industria sin chimeneas que en ocasiones pasa desapercibida para mucha gente: Es la de la propaganda política.
Los partidos establecen centros de fabricación, montaje, acopio y despacho de vallas, murales, banners, afiches, flequillos y banderolas, entre otros artículos de propaganda masiva.
Y en esos centros, tratándose de los partidos mayoritarios, es mucha (me dicen que suman miles) la gente que se gana sus chelitos: ahí está el que pinta, el que ensambla, el que grapa, el que clava, el que carga y hasta las mujeres que cuelan el café, entre otros.
Y ni qué decir de los artistas, diseñadores, montadores de vallas, marcos de trush, etc., sin mencionar a los suplidores, comisionistas y otros.
Es decir, en pocas palabras, que son centros de super y sobrevivencia de muchos. Por eso, talvez tengan razón los compañeritos peledeístas que me han hecho llegar su lamento y queja porque están desmantelando el denominado Comando Maharishi, que opera en la prolongación de la avenida Independencia o carretera Sánchez, lo que llaman popularmente Los Kilómetros, que estaba al mando de Radhamés Segura y que ha operado durante las últimas 4 elecciones que se han llevado a efecto en el país.
Dicen los peledeístas quejosos que alguien que manda ahí, a quien no identifican, les comunicó que el centro se está desmantelando porque sale más barato comprar la propaganda ya hecha en China y traerla, y que con eso, el PLD se podría ahorrar unos 8 millones (no saben explicar si de dólares o pesos) para la ¿próxima? campaña que está en marcha. Uno de los quejosos fue tan expresivo que me dijo “¿Y los chinos votan aquí?”. ¡Hummm…!
Preciosura
Solamente para que mis lectores vean el curso que va tomando la campaña de cara a las elecciones presidenciales del próximo 20 de mayo, lean esta preciosura descargada por el presidente Hipólito Mejía, candidato presidencial del PRD: «Quien se mete en política, pierde la vergüenza y la capacidad de enfermarse. Yo siempre he dicho que yo hice un curso de vagabundería para entender las vainas de la política». Eso bien vale un “chupe usted y déjeme lo otro…”
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