El desmonte arancelario de los productos RD en el DR-Cafta se agota

El tiempo de protección arancelaria se está acabando para una serie de productos dominicanos negociados en el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Centroamérica (DR-Cafta). Sólo tres años le restan para esos rubros verse envueltos en una&#8

El tiempo de protección arancelaria se está acabando para una serie de productos dominicanos negociados en el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Centroamérica (DR-Cafta). Sólo tres años le restan para esos rubros verse envueltos en una total competencia.A partir del 2016, los productos sensibles del sector industrial nacional se enfrentarán, en su propio territorio, con productos estadounidenses.

El paso del tiempo ha hecho que numerosas empresas dominicanas, de las áreas de alimentos, estén experimentando un achicamiento del mercado interno, a consecuencia de la competencia de la llegada de productos similares producidos en Estados Unidos, cada año pagando menor arancel.

Sin contrapartida

Mientras productos como embutidos, jugos, helados, leche, queso, pan, mantequilla, algunas frutas, productos enlatados, carnes, pollo y sus derivados, tomates y sus derivados ya ingresan al país pagando un arancel de apenas un 8%, los producidos localmente no pueden llegar al “gran mercado” estadounidense, porque no se ha hecho la validación de sus procesos con los Estados Unidos ni se han instalado laboratorios acreditados.

Todos esos productos, incluidos en la canasta C, quedaron con un período de protección de 10 años, con un arancel al principio de un 20%. El período de desmonte lleva siete años y ahora solo pagan un 8%. Dentro de tres años,  estarán libres de arancel, es decir, con una exención total. “El 31 de diciembre del 2015 estaremos integrados totalmente en el sector industrial con los Estados Unidos y al sector agrícola le quedarían algunos años según el producto”, plantea el experto en negociaciones comerciales Hugo Rivera, en un análisis en el que incluso expresa su preocupación por lo que considera omisión en tomar algunas medidas que debieron aplicarse.

La negociación del DR- Cafta incluyó tres canastas: A, B y C. En la A, todos los productos incluidos quedaron desde el inicio del acuerdo en total libre comercio, los de la B tuvieron un período de desgravación de cinco años, que concluyeron ya, y la C, donde figuran los productos industriales, cuyo período de protección fue de 10 años y un pago de arancel de 20% de nación más favorecida (NMF).

Pero la mayor del tiempo de esa protección pasó y de acuerdo con Rivera, el país no hizo las adecuaciones necesarias, por lo que las vulnerabilidades de sus industrias se mantienen. La República Dominicana firmó el DR Cafta en el 2004 y comenzó su aplicación dos años después, debido a que una serie de requisitos estaban pendientes de cumplimiento. El calendario de desmonte arancelario para los productos de la Canasta C, donde está la mayoría de los productos que se manufacturan en la República Dominicana, está casi agotado, con apenas tres años de vigencia. Actualmente los productos de consumo colocados en esta canasta C, la mayoría están sujetos a un pago de 20% de arancel de nación más favorecida, de protección general y solo le resta un arancel aproximado de un 8%, para llegar a 0% en menos de 3 años.

El experto Hugo Rivera, quien fue uno de los negociadores del DR-Cafta, desde su posición de subsecretario de Industria y Comercio para entonces, considera que en el país las medidas económicas que se han tomado en los últimos años “han reducido las capacidades competitivas del sector productivo nacional”.

Sin adecuar las condiciones internas, el país “contradictoriamente,  al mismo tiempo, ha asumido compromisos legales en los acuerdos de libre comercio con los principales ejes comerciales del mundo”, destaca el análisis de Rivera.

El sector privado, esencialmente la Asociación de Industrias de la República Dominicana (AIRD) ha planteado al Gobierno la conveniencia de no firmar nuevos acuerdos de libreco mercio por el momento. Pero hay a nivel de conversaciones y negociaciones, iniciativas con Canadá, Cuba, y Chile. Y se insiste en que se necesita negociar un acuerdo con Haití, el segundo mayor destino de los productos exportables dominicanos.

Con los acuerdos DR-Cafta, con los Estados Unidos, y el EPA con la Unión Europea, la República Dominicana tiene casi el 90% de su comercio exterior bajo esquemas de libre comercio.

El DR-Cafta es el más importante por la magnitud de las relaciones comerciales con los Estados Unidos y el impacto del mismo en los sectores productivos locales. Hay quejas de que el país no ha logrado, en materia de comercio, los beneficios que se esperaba produjera ese tratado, distorsionando la balanza comercial con Estados Unidos, de eternamente positiva a deficitaria o negativa, desde el inicio del acuerdo.

Según el análisis de Hugo Rivera, el país ha trabajado fundamentalmente en la implementación legal del acuerdo, es decir, en realizar las adaptaciones legales necesarias para que el acuerdo entrara en vigencia, y cita  un buen desempeño de la DICOEX. Pero por otro lado critica que en realidad, “muy poco se ha hecho en las demás instituciones para crear una estructura que permita el aprovechamiento del DR-Cafta, comercialmente por las empresas”.

Para él, “eso ha sido una grave omisión, que puede afectar la viabilidad comercial de muchos sectores”.  Aclara sin embargo, que el Gobierno dominicano no exporta nada a los Estados Unidos.  “Es el sector privado el que tiene el potencial y al que se le debe de dotar de las capacidades comerciales”,
La parte impositiva resta competitividad al país, debido a que  la República Dominicana mantiene un régimen fiscal muy poco competitivo comparado con la región DR-Cafta. Ese régimen se ha complicado con cuatro reformas fiscales después de la firma del acuerdo. “En realidad es que los gobiernos de los países de Centroamérica otorgan condiciones a sus empresas mejores que las dominicanas: mejores precios de los combustibles, mejor tarifa eléctrica, mejores acceso al financiamiento, tienen regímenes especiales más beneficioso y avanzados”, expone Rivera.

RD debió tener un plan de competitividad

Para el especialista Hugo Rivera, el país debió haber llevado a cabo un plan de acción relacionado con la competitividad del sector privado referido al DR-Cafta, al mismo tiempo que se adoptaban las medidas para la implementación de los aspectos legales, de forma tal que se hubiesen facilitado las transformaciones empresariales para hacer posible la adecuación de la producción de las empresas. También se necesitaba un buen sistema de financiamiento, la validación de sus procesos con los EE.UU., la mejora del sistema de calidad, la armonización de las normas de calidad, la instalación de laboratorios acreditados, un plan de aprovechamiento empresarial para el mercado de los Estados Unidos y un plan de capacitación subsectorial 

EL EXPERTO

Hugo Rivera, Experto en negociaciones
“Preocupa el hecho de que esta inacción puede todavía causar en el futuro, otras quiebras y ventas forzadas de empresas si no se hace nada, pues se ha hecho muy poco para aprovechar la apertura comercial en los Estados Unidos y las desgravaciones arancelarias. En el sector de alimentos y bebidas, se conocen muy pocas plantas en el área de alimentos que cumplan las reglas dictadas por la FDA”, dijo.

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