Después de la Semana Santa

Termina la Semana Mayor, entre “resacas” del tiempo de asueto, agitadas vacaciones de playa, de montaña o al lar nativo; excesos personales o de grupo, laborantismo político atenuado, escape hacia el ocio y regresos a la diaria r

Termina la Semana Mayor, entre “resacas” del tiempo de asueto, agitadas vacaciones de playa, de montaña o al lar nativo; excesos personales o de grupo, laborantismo político atenuado, escape hacia el ocio y regresos a la diaria realidad; reinicio de vocinglería partidaria en la recta final del carnaval eleccionario. Vale rememorar su verdadero sentido religioso, tras las clásicas procesiones y el recogimiento de los que la viven.

El  primer domingo después del equinoccio de primavera, se celebra la Pascua de Resurrección o Pascua Florida.

Así, la semana que antecede a este domingo es la llamada Semana Santa y siempre habrá luna llena, tal y como ocurriera en la semana del martirio de Jesús, según los evangelios.

Es por lo que estas fiestas derivadas de la Pascua son movibles, al depender de las fases lunares.

Parece que fue en Tierra Santa, lugar de peregrinación de los cristianos, donde se inició la conmemoración de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo y  se crearon liturgias específicas para esta conmemoración. En los rituales romanos se precisa Semana Mayor.

En el pasado se llamó en Francia Semana penosa; en Alemania, Charwoche.
La Semana Santa empieza el Domingo de Ramos, día en que se conmemora la entrada de Jesús a Jerusalén, cargada de simbolismo, al hacerlo montado sobre un burrito y saludado por los mismos que más tarde le abuchearían y escupirían.

Culmina el Domingo de Resurrección. Se recuerda además de la entrada triunfal a Jerusalén, la última Cena, la Crucifixión y la Resurrección de Cristo y durante el llamado Triduo Pascual (jueves, viernes y sábado) se realizan las celebraciones centrales.

El lunes Jesús expulsó a los mercaderes del Templo.

El martes recibe en Betania la unción con caro perfume y anuncia su entierro próximo.

El miércoles Judas acuerda el precio de su traición. El jueves vive Jesús de manera consciente y anticipada su pasión y muerte, lava los pies a sus discípulos, en muestra de divina humildad.

Es la noche de la Santa Cena, en profético anuncio anticipado y entrega real de su muerte antes de su pasión.

Revela la traición de Judas, en alegoría a las que recibimos los mortales como pan de cada día en nuestro tránsito por la vida.

El viernes, se recuerda el Vía Crucis o Camino de la Cruz, la pasión y el sufrimiento y finalmente  la crucifixión con su dura agonía, ahogado en sentimientos pronuncia 7 palabras llenas de significado.

La tarde del viernes trae el drama inmenso de la muerte en el Calvario. Es este viernes el único día del año donde los católicos no celebran misa y donde el altar luce sin cruz, sin mantel, sin velas ni adornos.

El Sábado de Gloria, es el día del silencio.

La comunidad cristiana universal  vela al Cristo junto al sepulcro, se conmemora la vigilia pascual y el domingo anuncia la resurrección. Aniversario del triunfo de Cristo y la infinita alegría que sigue al dolor.

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