Disidente cubano Oswaldo Payá fallece en accidente vial

LA HABANA (AP) — El disidente cubano Oswaldo Payá, quien se convirtió en uno de los más conocidos opositores al gobierno de la isla, falleció el domingo en el oriente de Cuba en un accidente vial, informaron opositores y

LA HABANA (AP) — El disidente cubano Oswaldo Payá, quien se convirtió en uno de los más conocidos opositores al gobierno de la isla, falleció el domingo en el oriente de Cuba en un accidente vial, informaron opositores y el gobierno de la isla. Tenía 60 años.

Las autoridades cubanas informaron que Payá y otro ciudadano cubano llamado Harold Cepero fallecieron debido a un accidente automovilístico en La Gavina, en las afueras de la ciudad de Bayamo, a unos 800 kilómetros al este de la capital.

Un español y un sueco también viajaban el coche y resultaron heridos.

«Según testigos, ocurrió cuando el conductor del auto turístico (en el cual iba Payá) perdió control e impacto contra un árbol», informó a la AP el Centro de Prensa Internacional, dependiente del Ministerio de Relaciones Exteriores.

«Fue un accidente temprano en la tarde», explicó a la AP vía telefónica el presidente de la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional, Elizardo Sánchez, quien se comunicó con sus observadores en Bayamo, a unos 800 kilómetros al este de la capital para confirmar los hechos.

Los heridos y en principio los restos mortales de los fallecidos estarían en el Hospital Provincial de Bayamo Carlos Manuel de Céspedes, informó Sánchez.

Los mensajes en la red de redes comenzaron también a dar cuenta del deceso del reconocido opositor y se cruzaron versiones sin confirmar sobre los hechos.

El twittero Yohandry Fontana, quien tiene fuertes vínculos con el gobierno, aseguró además que «la Policía Nacional Revolucionaria investiga las causas».

En la casa de Payá, en la capital, una mujer que atendió la puerta explicó a la AP que había ocurrido un accidente, pero que esperaban los detalles. Tampoco se especificó el motivo por el cual Payá se encontraba en el interior del país.

Varias fuentes indicaron que la esposa de Payá, Ofelia Acevedo, había salido inmediatamente hacia Bayamo.

Payá, ingeniero de profesión, ganó fama internacional en la década de 1990 al organizar el Proyecto Varela, un proceso de recolección de firmas que buscaba forzar a las autoridades a realizar un referendo para modificar la Constitución con miras a dar un giro pluripartidista y abrir camino a la iniciativa privada.

Poco antes de la llegada del ex presidente estadounidense Jimmy Carter a Cuba en mayo del 2002, Payá había presentado 11.020 rúbricas a la Asamblea del Poder Popular, el parlamento, a las cuales agregó luego otras 14.000.

El Proyecto Varela fue visto como la más grande campaña para cambiar el sistema en décadas por parte de la fragmentaria disidencia de la isla.

«Este domingo ha sido un día luctuoso. Una terrible tragedia para la familia y una pérdida para el movimiento opositor. El era un dirigente prominente», dijo a la AP Sánchez. «Dedicó años de su vida a luchar por la democracia», agregó.

En respuesta a la iniciativa que pedía apertura en la isla, el gobierno del entonces presidente Fidel Castro lanzó su propia consulta popular y el poder legislativo terminó por declarar al socialismo como «irreversible».

Muchos de los colaboradores del Proyecto fueron detenidos en una redada contra 75 opositores en 2003. Poco tiempo después, los tribunales los condenaron con penas de hasta 25 años por presuntamente recibir dinero e instrucciones de potencias extranjeras para destruir a la revolución.

Gracias a gestiones de la Iglesia Católica, aduciendo motivos humanitarios y con cierta presión internacional todos quedaron en libertad.

«Es una triste noticia. Estamos muy dolidas porque era un hombre de bien», dijo a la AP Bertha Soler, de la agrupación disidente Damas de Blanco. «Vamos a pedir al gobierno que esclarezca muy bien la muerte de Payá».

Soler recordó que hace nueve meses falleció la disidente Laura Pollán, líder de las Damas de Blanco y quien, como Payá, ganó el Sajarov, el premio a los derechos humanos que otorga la Unión Europea.

A finales del 2002, la UE galardonó a Paya con el Sajarov por sus esfuerzos por lograr la democracia, pero en los años siguientes su presencia pública decreció notablemente.

El deceso comenzó también a generar reacciones en el exterior.

«A través de su liderazgo, Oswaldo inspiró un sinnúmero de defensores de la democracia», dijo un comunicado de la organización Cuba Study Group de Estados Unidos, que promueve cambios en la isla. La nota destacó el caracter no violento de las acciones de Payá.

Payá, nacido el 29 de febrero de 1952, era el quinto de siete hermanos de una familia fervorosamente católica, en un país donde la mayoría de la población profesa religiones de origen africano.

Estudió inicialmente en una escuela de la barriada del Cerro, en la capital, pero después se trasladó a un colegio de sacerdotes, que fue cerrado tras el triunfo revolucionario de 1959.

Desde adolescente expresó sus críticas al gobierno comunista, al punto de que en 1969 lo enviaron a un campo de trabajo en la Isla de la Juventud como castigo y a fin de completar su servicio militar.

Cuando terminó sus estudios secundarios se matriculó en la Universidad de La Habana en el área de Física pero al manifestar su creencia religiosa y su rechazo del marxismo debió abandonar la casa de altos estudios. Finalmente, tomó clases nocturnas de telecomunicaciones.

A comienzos de la década de 1980, Payá comenzó a trabajar para el Ministerio de Salud como especialista en equipos médicos, reparando y manteniendo máquinas de Rayos X e incubadoras para recién nacidos.

En 1986 contrajo matrimonio con Acevedo. La pareja tuvo tres hijos.

Payá se convirtió en activista. Fundó un pequeño grupo disidente llamado Movimiento Cristiano de Liberación y fue detenido en marzo de 1990, pero liberado en pocos días.

Sus esfuerzos le valieron algunas pintadas en la puerta de su casa, «Payá: agente de la CIA», expresaba un cartel.

Su activismo no estuvo exento de críticas por parte de otros disidentes que lo creían deseoso de querer imponer sus criterios a todos los opositores.

Además, su fe católica, que permeó fuertemente a su discurso, le ganó incomprensiones en un país donde la Iglesia no tiene gran peso en la mayoría de la población.

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