Dispara y después averigua

La muerte del niño Jhelden Acosta Carrasco en un vehículo detenido cuando su padre orinaba en un descampado, en la comunidad de La Peña, en San Francisco de Macorís, es uno de esos malos ejemplos de policías que primero disparan y después averiguan.

La muerte del niño Jhelden Acosta Carrasco en un vehículo detenido cuando su padre orinaba en un descampado, en la comunidad de La Peña, en San Francisco de Macorís, es uno de esos malos ejemplos de policías que primero disparan y después averiguan. En principio se dijo que la familia había sido atacada por atracadores, pero ahora la propia Policía revela que el autor de la muerte es el segundo teniente Gerardo Mateo, quien sin más disparó contra el vehículo. El general Ciriaco Núñez, comandante de la región Nordeste sometió al oficial a la justicia y advirtió que combatirá este tipo de comportamiento. Deplorable la acción del agente. Correcta la actuación del comandante.

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