Fue el primer presidente de la Asociación Médica Dominicana, a la que condujo en su primera etapa. Nació en Maracaibo, Venezuela, en 1832. En su país natal desarrollo una importante labor profesional llegando a ser catedrático de Cirugía y Partos de la Universidad de Maracaibo en 1864. También se integró a las actividades políticas, y fue concejal y luego diputado en la Asamblea Constituyente de la Federación Venezolana.
Por las características de la vida política de nuestros países, fue expulsado de Venezuela y se exilió en Curazao, en donde entabló amistad con Buenaventura Báez, político dominicano que también se encontraba exiliado en aquella isla.
Se convirtió el doctor Durán en el médico personal de Báez, y este le estimuló a venir a nuestro país, y a ejercer aquí. El doctor Durán dudaba, ya que pensaba dirigirse a México, pero finalmente decidió venir a la República Dominicana, llegando a nuestro suelo el 24 de diciembre del 1869. Tan solo unos días después, la Junta de Sanidad Militar, le otorgó una autorización provisional para ejercer en nuestro país. De inmediato empezó su ejercicio profesional, destacándose por su devoción a los pacientes y en poco tiempo era un médico reconocido en la ciudad de Santo Domingo.
Por su experiencia en Venezuela, fue designado, por el doctor Piñeyro, para dirigir una campaña de examen a todas las personas que padecían de “elefantiasis”.
Conoció a su esposa, hija de don Tomás de la Concha y una anécdota cuenta que durante el cortejo, supo de una hermana que padecía de un reumatismo incapacitante, escribió una receta, pero no se encontró el medicamento en ninguna farmacia de Santo Domingo, por lo que tuvo que pedir a Curazao el yoduro de potasio, y usarlo por primera vez en el país, con excelente resultado y la curación de la paciente.
Era un hombre generoso y honesto que se dedicaba con particular esmero a sus pacientes. Otra anécdota retrata su figura. En una ocasión visitaba a una familia muy pobre y al ver las condiciones en que vivían les dijo a los familiares que cobraría al final, y en cada visita dejaba discretamente una moneda en la cama del enfermo, lo que permitió comprar las medicinas que necesitaba y restablecerse. Pese a no haber realizado ninguna especialidad, tuvo grandes aciertos en la Obstetricia y en la Psiquiatría, y se atribuye al doctor Durán ser el primero en utilizar la Laborterapia en nuestro país. Fue Profesor de Medicina y Cirugía en el Seminario y más tarde en el Instituto Profesional.
Fue miembro de la Comisión Médica que examinó los restos de Cristóbal Colón, en la Catedral de Santo Domingo. Ejerció como cónsul de Venezuela y de Perú. Su título de Médico fue refrendado por el Juro Médico presidido por el Dr. Fernando A. Defilló.
Posiblemente su mayor contribución a la Medicina Dominicana fue la creación el 18 de agosto de 1891 de la Asociación Médica Dominicana, siendo el Dr. Durán el primer presidente junto a los Dres. Juan Francisco Alfonseca (Vicepresidente), Pantaleón Castillo (Bibliotecario) y Julio Lyón (Tesorero ). El Dr. Durán aglutinó a los mejores elementos de la Medicina Dominicana de aquel tiempo para desarrollar una asociación científica que ayudara de forma significativa a la comunidad. Ejerció su profesión hasta los 79 años de edad, ya que falleció el 3 de julio del 1911.
El doctor Durán fue un hombre honesto que pese a ser médico de las principales familias de nuestro país, no acumuló fortuna y su gran legado fueron sus libros y la creación de nuestra agrupación médica, hoy Colegio Médico Dominicano.
Profesional con sentido humano
Se destacó por su devoción a los pacientes y en poco tiempo era un médico reconocido. En una ocasión visitaba a una familia muy pobre y al ver las condiciones en que vivían les dijo a los familiares que cobraría al final, y en cada visita dejaba discretamente una moneda en la cama del enfermo. El doctor Manuel María Durán llegó a nuestro suelo el 24 de diciembre del 1869. Entre otros méritos en su brillante carrera fue el primer Presidente de la Asociación Médica Dominicana.
