Delvin Rodríguez, depurado boxeador dominicano y quien vive en Estados Unidos hace 25 años, sufrió una dura derrota. Una derrota que no esperaba, podría decirse.
La madrugada del pasado domingo, en Orlando, Florida, Delvin no cumplió lo que le había prometido a la fanaticada dominicana: Que en la “pelea de su vida” iba a derrotar a Miguel Cotto.
Ocurrió todo lo contrario: El decente pugilista quisqueyano sufrió una humillante derrota. Fue noqueado, en forma contundente, en el tercer asalto. Cotto, extriple campeón del mundo, literalmente ni sudó en la breve pelea que protagonizó con Delvin.
Con esta victoria el veterano pugilista boricua, que llegó al cuadrilátero tras dos fracasos seguidos ante Floyd Mayweather Jr y Austin Trout, regresa al camino de la gloria. Y, de seguro, volverá en busca de una pelea grande, millonaria y que lo regrese a la élite del boxeo mundial. Cotto, ahora con un registro mejorado (38-4- 31 nocauts), buscará -y de este tema escribiré en otras columnas- enfrentarse al mexicano Saúl -Canelo- Álvarez y más adelante, si tiene la “dicha” de ganar, intentar una revancha con Mayweather Jr.
Tuvo de frente a un rival a todas luces vulnerable, que nunca le dio problemas.
Delvin nada hizo
Delvin Rodríguez, con quien hablé varias veces en el proceso de su preparación, no hizo nada para ganar. Equivocó su tren de pelea…no aprovechó su mayor alcance para combatir a la media distancia. No utilizó el jab con frecuencia.
Cotto, por el contrario, desde el primer toque de campana se adueñó del cuadrilátero. Impresionó con una ofensiva devastadora,
Delvin, quien ganó su mayor bolsa (600 mil dólares), es casi seguro que cuelgue los guantes.
Lamentable el descalabro de Rodríguez, quien en varias entrevistas proclamó que el pleito con Cotto iba a ser “la pelea de su vida”.
Sin embargo, no trabajó como esperaba su entrenador, el dominicano Fernely Féliz.
Su fracaso es también una pérdida para el boxeo dominicano.
