La economía caminó frenada gran parte del año 2013

Frenada por los efectos combinados de una drástica reforma fiscal,  la continuación de una violenta austeridad en la primera partedel año y empujada en la segunda mitad por una mediana aceleración del gasto oficial y un extraordinario impulso de&#823

Frenada por los efectos combinados de una drástica reforma fiscal,  la continuación de una violenta austeridad en la primera partedel año y empujada en la segunda mitad por una mediana aceleración del gasto oficial y un extraordinario impulso de la política monetaria, la economía dominicana concluye un período donde los ajustes marcaron su desempeño.

Ha sido un desempeño desacelerado en el inicio y con moderada aceleración inducida en la recta final. Un crecimiento de 5.5% del producto interno bruto (PIB) durante el trimestre julio-septiembre puso a las autoridades a replantear sus metas para el año entero.

Los resultados individuales de los primeros tres trimestres muestran que el crecimiento inició lento, casi recesivo, pero que en la medida que avanzaba el calendario,  se iba produciendo cierto  dinamismo, con un despertar inducido por las políticas fiscal y monetaria.

El producto interno bruto (PIB) creció 0.3% en el primer trimestre, 2.8% en el segundo y 5.5% en el tercero. Con esos desempeños, la economía acumulaba un aumento  de 2.9% para el período enero-septiembre, con el cual se reanimaron las expectativas de las autoridades de lograr un crecimiento de al menos un 3%, con el que se cumplirían las proyecciones oficiales. Organismos internacionales como el FMI son más conservadores, al proyectar un crecimiento menor a 3%.

Pero el resultado de la política monetaria expansiva, que busca un empuje de la economía a través del aumento del crédito bancario al sector privado, se espera que surta sus efectos a partir del tercer trimestre del año, período que históricamente tiende a arrastrar el mayor dinamismo de las actividades económicas.

Evolución global

En forma general, el crecimiento económico del 2013 no produjo todos los beneficios que el Gobierno esperaba en términos de recaudación fiscal. La explicación técnica ofrecida por las autoridades económicas fue que el mayor peso del crecimiento se produjo en los sectores del PIB que menor proporción de impuestos pagan.

La manufactura local y el comercio, que figuran entre los sectores que mayores contribuciones hacen al PIB, reportaban decrecimientos en los tres primeros trimestres del año.

En cambio, turismo, zonas francas, minería y agricultura, que tienen rendimientos tributarios menores, presentaron las mayores tasas de crecimiento en los primeros nueve meses del año, y se esperaba que mantuvieran la tendencia hasta concluir el período.

Por ese crecimiento tan inclinado en los sectores de menor rendimiento fiscal, causó sorpresa la cifra de 5.5% de expansión del Producto. Pero el “incentivo” monetario promovido por el Banco Central para apoyar el crecimiento a través del crédito, implicaba una porción del dinero liberado de encaje para financiar el agro y las pequeñas y medianas empresas en general. El ritmo expansivo de las políticas monetaria y fiscal a partir de mayo explica el aumento en el ritmo de crecimiento de la economía.

La ejecución presupuestal, como principal expresión del lado fiscal, reflejó que el Gobierno Central aumentó el gasto público en unos RD$9,000 millones durante el trimestre abril-junio, otorgándoles mayores recursos financieros al sector agropecuario y a los pequeños empresarios. Como contrapartida, desde el ámbito de la política monetaria, el Banco Central, por autorización de la Junta Monetaria, decidió liberalizar RD$20,000 millones de los recursos de encaje legal del sistema financiero para ser prestados a los sectores productivos, a una tasa fija de 9.0% a plazo de seis años. En adición, flexibilizó los requerimientos para mejorar el acceso al crédito por parte de los menores deudores.

Estos estímulos monetarios incidieron de forma significativa en la dinamización del crédito bancario. Actuaron como un mecanismo de desahogo, debido a que en los primeros meses del año el Gobierno había ajustado el gasto en un nivel superior al contemplado. Para el año la meta era un déficit fiscal equivalente al 2.8% del PIB, pero en la primera parte la caída del gasto, principalmente por el lado de las inversiones, que es la parte con mayor grado de flexibilidad relativa, el ahorro fiscal había superado las metas,  situación que se tornó en un freno al crecimiento económico.

La liberalización de encaje, a partir del mes de junio, impulsó el financiamiento al sector privado más allá del monto de los fondos liberados, produciendo lo que las autoridades monetarias definieron como un “efecto derrame”.

Al analizar los préstamos totales canalizados por la banca múltiple al sector privado, se determinó que los mismos aumentaron en 16.2% a septiembre pasado con relación a septiembre 2012, destacándose los destinados a las actividades manufactureras (23.1%); agropecuaria (44.1%); electricidad, gas y agua (17.0%); construcción (12.3%); almacenamiento y comunicaciones (15.7%), y comercio (27.2%).

Sombras y algunas luces en escenario

Durante el mes de agosto, la tasa de cambio estuvo amenazando con superar anticipadamente el nivel proyectado para el año completo, lo que obligó a las autoridades del Banco Central a utilizar una de sus armas de estabilización, sus reservas, para inyectar al mercado y desarticular la burbuja. De RD$43.10 por uno a que llegó el tipo de cambio, la decisión de la Autoridad Monetaria produjo una baja que llevó la cotización del dólar a RD$42.50. Ahora ronda el nivel de RD$42.60.

El petróleo, que junto a la tasa de cambio constituye otro factor externo que puede afectar la estabilidad económica, estuvo durante dos meses por encima de US$100 el barril, amenazando con superar las proyecciones planteadas en el presupuesto del 2013, de US$106.00 por barril. Ahora se cotiza en alrededor de US$97.00. Hubo durante el año algunos hechos que mejoraron las recaudaciones, al producir hechos que no estaban contemplados. Uno fue la renegociación del contrato de operación con la Barrick Pueblo Viejo, que le permitió al fisco ingresos adicionales por unos US$400 millones.

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