Ejecuciones en serie atribuidas a sicarios

Con un tiro en la cabeza y otro en el tórax fue hallado el cadáver de Inocencio de la Rosa dentro de unos matorrales de la autopista Las Américas.

Con un tiro en la cabeza y otro en el tórax fue hallado el cadáver de Inocencio de la Rosa dentro de unos matorrales de la autopista Las Américas.
Un mes y catorce días después del asesinato, el 15 de octubre de 2011, en Haina fue muerto de un balazo en la frente Manuel Liriano Almonte, sindicado como un individuo ligado al crimen organizado.

Mientras, Ismael Reynoso Rosario también fue acribillado a tiros y su cadáver descuartizado fue encontrado en estado de descomposición en las afueras del municipio de Guerra.

Los crímenes fueron cometidos entre el 11 de septiembre y el 23 de noviembre de 2011, pero en los tres casos las investigaciones quedaron truncas por la falta de evidencias para establecer circunstancias y responsabilidades.

Sin embargo, desde el principio se presumió que se trataba de ajustes de cuenta relacionados con el narcotráfico.

El 25 de noviembre, cuando fue hallado en las afueras de Villa Altagracia el cadáver de Víctor Pérez Guzmán, y otro hombre apareció muerto en la autopista Duarte, entre Bonao y La Vega, las pesquisas tomaron otro rumbo.

En efecto, una banda de sicarios, con ramificaciones en el Cibao y en Santo Domingo, era la sospechosa de los crímenes.

Dos muertes más ocurridas en el tramo cartero que conduce de Gaspar Hernández a Moca vinieron a confirmar las sospechas.

Los cadáveres de cuatro hombres fueron hallados en el interior de una yipeta, que luego se determinó fue empujada hacia un precipicio para simular que se trató de un accidente de tránsito. Por la numeración de la placa y por la matrícula, los investigadores identificaron al propietario del vehículo, un ciudadano haitiano que había reportado días antes el robo de su vehículo.

A finales de noviembre se produjo el asesinato de dos hombres interceptados por desconocidos cuando viajaban en otra yipeta que también había sido denunciada como desaparecida.

Los asesinos, por versiones de testigos, viajaban a bordo de un carro color negro y dispararon con armas largas contra sus víctimas cuando se desplazaban por la avenida marginal de la autopista Las Américas, próximo al kilómetro 18, en un hecho donde murieron dos buhoneros que transitaban en una camioneta cargada de frutas.

De los dos hombres muertos no se pudo obtener identificación, aunque uno de ellos era conocido con el apodo de “Bellaquito”, un individuo nativo del municipio de Guerra y ligado al narcotráfico. Ambos cadáveres no fueron reclamados en la morgue del Instituto Nacional de Patología Forense.

Las evidencias apuntan a que el doble asesinato habría sido cometido por una banda de sicarios presidida por Antonio Pérez, alias Tony Montana, cabecilla de un grupo de matones posteriormente apresados por agentes de la Dirección de Investigaciones Criminales de la Policía.

Sicarios
Los integrantes de banda de sicarios de Tony Montana fue apresada en la intersección de las avenidas Las Américas y Venezuela, en el ensanche Ozama, en un operativo donde se ocuparon armas automáticas, chalecos antibalas, municipios de alto calibre, insignias de agentes antidrogas y otros pertrechos militares.

Cinco días antes, la banda de Tony Montana, compuesta además por José Arismendy García Rosa, Bartolo Brito Sánchez y Hugo Manuel Camilo Hidalgo, se le imputó que tenía previsto el asesinato de Winston Rizik, un empresario gallero que ha sobrevivido a siete atentados en su contra, incluyendo uno donde fue muerta otra persona cuando salía de la marquesina de su residencia, en el sector Las Praderas, al ser confundida por los sicarios.

Pero esta vez Rizik también tuvo suerte. Una patrulla motorizada de la Policía hacía la ronda de rutina por las inmediaciones del club gallístico de la avenida Luperón y los matones creyeron que habían sido delatados, huyendo despavoridos del lugar.

Los sicarios no sólo tenían el encargo de matar a “El Gallero”, sino a otras dos personas residentes en Santiago, cuyas identidades permanecen en el anonimato por razones de seguridad. Por cada uno de los asesinatos el grupo recibiría, por parte de un narcotraficante puertorriqueño, la suma de dos millones de pesos.

A Tony Montana, el cabecilla de la banda, la Policía le atribuye un amplio prontuario delictivo, al igual que García Rosa y Camilo Hidalgo, oriundos del Cibao, a quienes se les vincula con varios asesinatos cometidos en esa zona.

Ambos están señalados como “brazos armados” del narcotráfico internacional.
De enero a diciembre de este año en el país se han registrado 48 casos de asesinatos por alegados tumbes de drogas atribuido a bandas de sicarios, quienes en su mayoría operan por encomiendas del narcotráfico internacional con ramificaciones locales. 

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