El ministro de Obras Públicas hizo un anuncio interesante, y es que el gobierno del presidente Danilo Medina va a iniciar un programa de adquisición de equipos que vendrían a ayudar a esa dependencia en su propósito de resolver problemas importantes de la población que implican la construcción de infraestructuras.
La iniciativa revive una práctica en desuso, según la cual la vieja Secretaría de Obras Públicas acometía por sí misma labores en beneficio de comunidades, especialmente realizaciones pequeñas, pero muy importantes para los pobladores.
Por ejemplo, el papel que en tiempos pasados jugó esa Secretaría en la construcción de caminos vecinales, con medios propios, sirvió para que muchos agricultores pudieran transportar en mejores condiciones sus productos hacia los mercados.
Asimismo, en situaciones de emergencia, parece tener sentido que las instituciones públicas puedan disponer de medios para reparar infraestructuras que puedan ser dañadas por fenómenos naturales.
Sin embargo, no terminamos de racionalizar la nueva política de adquirir equipos de construcción con el propósito de ahorrar recursos que se gastan en el alquiler de equipos privados. Con la medida, el Estado de nuevo estaría estableciendo un parque de construcción, con todo y sus implicaciones.
Un parque de equipos conlleva operadores, talleres, gestión de control y administración de los mismos. Asimismo, envuelve los riesgos y amenazas en su uso. En la vieja cultura de la Secretaría, los equipos eran un dolor de cabeza. Usos muy distantes de las directrices emanadas, distracción, deterioro progresivo y hasta robos.
En fin, que una nueva política de adquisición y administración de equipos de construcción desde el Ministerio de Obras Públicas conlleva riesgos y amenazas.
Las tendencias más modernas sugieren la contratación justa de obras, servicios y correctas políticas de supervisión que garanticen economía y calidad.
Un retorno al pasado en esos menesteres, debería ser llevado con mucho tacto.
