Están medio chivos

Varios amigos que son dirigentes y/o militan en partidos emergentes de los que han acudido aliados al PLD en las últimas elecciones con cierto…

Varios amigos que son dirigentes y/o militan en partidos emergentes de los que han acudido aliados al PLD en las últimas elecciones con cierto sigilo me han hecho percibir que “están medio chivos” después del sometimiento judicial por alegado mal uso de fondos públicos de Elías Wessin Chávez, presidente del Partido Quisqueyano Demócrata Cristiano, y la que se ve previsible acusación por iguales motivos contra otro aliado, Pedro Corporán, líder del Partido de Unidad Nacional, mientras hay un run run de que eso no termina ahí. ¡Aaayyy…!

Egus delirium

Si observamos que, en numerosas y diferentes actividades humanas, parece que quiere imponerse la notoria pretensión de irrespetar antojadizamente las leyes y reglas establecidas buscando intercambiarlas por el imperio de hacer lo que quiere, cuándo y cómo lo quiere hacer cada quien (“lo que me da la gana”), en una especie de política de “Yo, o el diluvio”, afrenta que la sociedad, irritada y hasta angustiada, solo ha de asimilar como una pandemia de egus delirium que deja chiquititos y fuera de tiempo los tantos chistes que recorren el mundo a costa del insuflado y desproporcionado ego que se atribuye a los argentinos. Basta presenciar que un candidato se resista para siempre a aceptar los resultados de las elecciones en que participa porque no lo dieron como ganador, que un individuo enviado a prisión por golpear a su mujer alegue que profesa una rara secta religiosa en procura de no someterse a las reglas establecidas para todos los que ingresan a pena de reclusión, o que un funcionario público que se sabe atrapado fuera de base en el manejo de fondos de los contribuyentes busque ser legislador para “inmunizarse” ante la acción de la justicia y/o que alegue persecución política cuando se le pida cuentas, solamente algunos ejemplos de personajes de nuestra cotidianidad afectados de egus delirium. Si la epidemia continúa, tendremos que decir como en los episodios de El Chapulín Colorado: ¿Y entonces, quién podrá defendernos…?

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